Fecha: 09/04/2022. Lugar: Baluarte. Incidencias: Concierto de la gira Seremos. Ismael Serrano (voz y guitarra acústica), Jacob Sureda (piano), Pere Valdés (chelo)

ada más llegar, la disposición de los instrumentos sobre el escenario ya presagiaba una velada íntima: un piano a la izquierda y un chelo a la derecha. En el centro, una guitarra. Primero salieron los dos instrumentistas que acompañaron al cantautor. Después, cuando estos habían empezado a tocar, Ismael, que llevaba un micrófono de diadema (de los que se llevan pegados a la cara, como los que utilizaban en tiempos Madonna o Robe de Extremoduro). Comenzaron con No soy y Porque fuimos, las dos canciones que abren su último álbum. Entre una y otra, el cantante se sentó en una butaca que había al fondo y simuló responder a una entrevista: como si estuviese en un programa de televisión, con su sintonía y todo, y respondiendo a las preguntas que una voz en of (que pertenecía a una tal Sandra) le iba lanzando. De esta forma tan original fue introduciendo las canciones, recuperando rápidamente algunos de sus clásicos, como Vértigo y Sucede, que sonaron en el primer tramo de la actuación.

El sonido, como se presuponía con semejantes instrumentos, fue recogido y preciosista. Recordó a la última gira de su admirado Pablo Milanés, que llevaba una formación similar. Sin embargo, en bastantes ocasiones el madrileño se apoyó en sonidos disparados, las más de las veces electrónicos, aunque también a veces se escuchó un bajo (caso de Soltar, también perteneciente a su último trabajo).

Así pues, el espectáculo fue mitad concierto y mitad obra de teatro. No hubo diálogo con el público, ni siquiera un saludo, sino una historia que se desarrollaba entre y gracias a las canciones. La entrevista terminó y la periodista resultó ser su ex pareja. Cuando Ismael se iba a ir, un contagio de COVID hizo que quedasen confinados en el estudio. Y así siguió la conversación, recordando viejas historias que introducían y explicaban las composiciones que el trío iba interpretando. Entre ellas, Vine del Norte fue una de las más aplaudidas.

Hubo también bastante humor, como cuando acusó a su ex de creer que sus primeros discos eran mejores. Finalmente, ella le concedió que ahora escribe mejor, y lo cierto es que el repertorio estuvo más centrado en el material reciente, como La llamada o Ven, que demostraron que su pulso creativo no se detiene. Pero, como él dijo, cuando añoramos las canciones antiguas, no añoramos a aquel artista que fue, sino a aquellos que fuimos cuando las escuchábamos. Y no se puede negar: Qué andarás haciendo ahora o Papá, cuéntame otra vez (en Baluarte sonó en versión de piano y voz, con el añadido del chelo en los últimos versos), por citar solo dos, tienen una carga emocional impresionante.

Muy buena también, y muy necesaria, la reivindicación final de la tristeza en este mundo de sonrisas tan falsas como filtros de Instagram. Magnífico espectáculo, y no solo por lo musical y escénico, sino también por la originalidad de la trama y lo bien hilado que quedó todo. Solo en el bis habló con el público y se despidió con Recuerdo. Magistral.