Bernardo Atxaga considera que “la ficción” y los “personajes” deben constituir el hilo conductor de la literatura infantil en lugar de la corriente actual que potencia “los consejos externos” y los “pequeños sermones”, una fórmula que no constituye, a su juicio, una manera de fomentar la lectura.
Atxaga ha presentado Holaxe bizi da Xola (Erein), una recopilación de las aventuras de la perrita Xola, el personaje que el escritor guipuzcoano publicó en cinco títulos entre 1995 y 2015 y que fue traducida a diferentes idiomas. Algunos estaban agotados y ahora se recopilan en un tomo los cinco cuentos con las ilustraciones de Mikel Valverde, explica Uxue Razquin, de Erein, quien recuerda que las aventuras de Xola fueron galardonadas en 2014 con el Premio Marsh de Londres y la editorial japonesa Shogakukan las incluyó en un volumen con extractos de 150 de las mejores obras de literatura infantil del mundo.
Junto con la ficción y los personajes, el humor es el otro de los ingredientes fundamentales para la literatura infantil.”Siempre me gusta escribir a los niños con humor”,indica Atxaga. En esta nueva edición ha “acortado un poco” las dos últimas aventuras (Xola eta Ameriketako izeba y Xola eta lapurra) porque al releerlas le ha parecido que eran “un poco largas”, pero rechaza que tenga la intención de crear nuevos cuentos con este protagonista.
Llegó a escribir otros dos episodios pero desistió de publicarlos porque “no eran Xola”, dice Atxaga, que señala que al crear personajes a veces pasa como cuando no se apuntan los sueños, “que se despistan, se pierden”.
En origen, la Xola que Atxaga había imaginado era negra, pero Mikel Valverde le trasmitió que fuera blanco o gris porque las cejas son un elemento que facilita el reflejo de las expresiones y son más fáciles de resaltar en un fondo más claro. Aunque es conocedor de los estudios procedentes del mundo de la neurocirugía sobre los cerebros de los animales y la presencia de inteligencia y formas de lenguaje en ellos, confiesa que en su caso el acercamiento viene de la experiencia de haber convivido con perros, de haber hablado con perros. “No me he dejado amedrentar por esa imagen snob de que el perro es un animal dócil y doméstico mientras el gato es un tigre”, apunta. Xola es una perrita ratonera pero, “a cualquier elemento, sea una piedra, un peine o una animal” que se le dote de lenguaje se le convierte en “humano, en el sentido de que trasmite emociones”, afirma.
Lo próximo
El autor de Obabakoak cuenta que está revisando los textos de su próxima obra, Paradisuen kanpoko aldean (Exterior del paraíso), que se publicará en euskera, castellano, gallego y catalán y que es una mezcla “no convencional” de poesía y prosa “entreverada” basada en las lecturas poéticas que hizo en diferentes cárceles del Perigord francés y en la de Martutuene, en Donostia. El ambiente de la cárcel y sus personajes impregnan esta obra que será presentada como un “artefacto” literario.
