Investigar, explorar, documentarse para tratar de entender lo que no comprende del todo o para hacerse y hacer más preguntas. Es el método que emplea Irati Gorostidi (Valle de Egüés, 1988) en su trabajo como cineasta. Centrada estos días en la participación de su corto Contadores en Cannes, prepara ya su primer largometraje, Anekumen, que rodará el año que viene,

¿Qué significa esta selección nada menos que en la Semana de la Crítica de Cannes? 

–Es una buenísima noticia, me hace mucha ilusión que Contadores reciba este reconocimiento que además llega en muy buen momento, ya que en estos momentos estoy trabajando en mi primer largometraje. 

¿Cuál es su plan una vez allí? ¿En qué consiste haber sido seleccionada en este prestigioso apartado del festival?

–La selección es un apoyo enorme, contribuye a dar visibilidad a Contadores y probablemente supondrá un impulso importante de cara a futuros proyectos. Voy acompañada de las productoras y el director de foto, estaremos en Cannes entre el 21 y el 25 de mayo, durante el festival aprovecharemos para promocionar y presentar la película, asistiremos a proyecciones e intentaremos conocer a potenciales colaboradoras y aliadas. Pero es mi primera vez en el festival así que la verdad es que me cuesta imaginarme cómo será… 

¿Cuándo y cómo (y por qué) surgió la idea de hacer esta película?

–La idea surgió a partir del largometraje que estoy desarrollando ahora: Anekumen. Está ambientado en los 80, estaba investigando sobre una comunidad surgida en esa época, me interesaba la búsqueda de formas de vida alternativas que algunas personas emprendieron tras 40 años de dictadura y eso me llevó a la lucha obrera de los 70.

¿Cómo se documentó para escribir el guión? ¿Qué testimonios recabó?

–El punto de partida son los testimonios de algunos participantes de la lucha obrera de los 70. Me centré en antiguas trabajadoras y trabajadores de la fábrica de Contadores de Bidebieta (Donostia) que habían formado parte del comité de Herrera y que ya conocía (familiares y amigos). Además de los testimonios, también fue muy importante la revisión del archivo de Lazkaoko Beneditarren Fundazioa, allí encontramos materiales que fueron cruciales para elaborar la película: panfletos, actas y otra documentación de la época. Y conté con la ayuda de Altzako Historia Mintegia. Así, tirando de varios hilos, fui armando la investigación. 

"Lo que se manifiesta en la asamblea de la película es el potencial y las limitaciones de la gestión horizontal de cualquier proceso colectivo"

¿Es la palabra, las palabras, el diálogo, la diálectica, lo que le interesaba destacar sobre todo en esta historia? O quizá la ausencia de palabra y de diálogo...

–Hacer la película ha servido para ahondar en la investigación desde múltiples perspectivas, siempre desde un lugar muy concreto y situado. Pensar en el léxico de aquella época, en el vocabulario específico que se empleaba en el contexto de las asambleas en Bidebieta, Rentería o Pasaia en ese momento preciso ha representado una vía de exploración muy enriquecedora. También la ambientación, la dirección de arte, el vestuario, las localizaciones… A través de todos estos aspectos no buscaba dar verosimilitud a la película, sino alcanzar una visión más compleja de lo que sucedió y de lo que había en juego.

No sé si se puede decir que ‘Contadores’ es un corto de ficción, documental, o en realidad no le importan los géneros y prefiere transitar entre ellos...

–Depende de lo que entendamos por ficción. Yo diría que es un corto de ficción porque las situaciones representadas en la película ocurrieron años atrás y las personas que las representan están poniéndose en la piel de quienes las protagonizaron entonces. Los intérpretes adoptan un disfraz, las localizaciones están decoradas… Pero si entendemos por ficción la clase de obras “generalmente narrativas, que tratan de sucesos y personajes imaginarios” (como dice la definición de la RAE) la verdad es que la película no encaja demasiado bien en esa categoría. Aunque, a su vez, eso depende también de lo que entendemos por narrativo y por imaginario… Creo que responder bien a esta pregunta daría para largo.

Aunque los hechos narrados suceden en 1978, ¿En qué medida cree que la historia que cuenta ‘Contadores’ está vigente hoy?

–En esencia, lo que se manifiesta en la asamblea de la película es el potencial y las limitaciones de la gestión horizontal de cualquier proceso colectivo. Creo que es una cuestión bastante atemporal que puede aparecer en muchas situaciones (desde la Comuna de París o el 15M, a una asociación vecinal o un pequeño colectivo que gestiona un espacio cultural independiente…). Por ejemplo: durante la asamblea de Contadores, cuando una trabajadora anima a sus compañeros a no doblegarse ante el miedo, hay un compañero que responde ‘yo no tengo miedo, yo lo que no quiero es que se eternice la asamblea. Porque además estamos aquí cuatro gatos”. Diría que la generalización y la instrumentalización de una posición tan razonable como la de ese compañero es la que deja a los protagonistas de la película impotentes y decepcionados. Y creo que esa frase y sus implicaciones podrían trasladarse a infinidad de situaciones pasadas y presentes.

Tanto esta película como ‘San Simón’ y ‘Anekumen’, el largo en el que trabaja, parecen abordar una misma temática de carácter sociopolítico. ¿Cuál diría que es hasta ahora el hilo conductor de su trabajo? ¿Cuáles son sus intereses como creadora?

–El inicio de esta serie de proyectos fueron unas imágenes: las fotografías tomadas durante los cursos de la comunidad del Arco Iris que tuvo su sede en un convento de Lizaso en los 80. Lo que despertó mi deseo de hacer una película fueron esas fotos y la posibilidad de recrear lo que mostraban (o lo que yo imaginé cuando las vi). Así que, detrás de estos proyectos está el ejercicio de imaginar un proceso que conduzca a algo así como la recreación de esas imágenes. Ese sigue siendo el motor fundamental de mi deseo a día de hoy. Por el camino van apareciendo muchos temas: la autonomía, los procesos colectivos y la noción misma de colectividad, la pertenencia, la identidad... Son temas que me interesan pero creo que no los iba buscando, van apareciendo en ese proceso de recreación de las imágenes.

Imagen de la película. Cedida

¿Está la transmisión de memoria entre generaciones entre sus inquietudes? ¿Por qué es importante?

–No exactamente... Creo que mi inquietud tiene que ver con explorar o al menos enunciar algunos malestares y deseos que no comprendo del todo. No desde un ámbito puramente intelectual sino desde la combinación de distintos procesos. Quizás, en este caso, el diálogo entre generaciones forma parte de esos procesos. El diálogo como encuentro con esos cuerpos que buscaban la catarsis o el trance en la comunidad del Arco Iris y que eran cuerpos totalmente atravesados por la dictadura y el nacionalcatolicismo. Hoy en día es difícil comprender el arrojo y la inocencia con la que se abandonaron a esas experiencias. Esos cuerpos me resultan muy familiares y a la vez esconden un gran misterio. La realización de estas películas es una forma que he encontrado de aproximarme a todo eso con las herramientas que tengo a mi alcance.

¿En qué fase se encuentra ‘Anekumen’? ¿Tiene fecha de estreno?

–Estamos en fase de financiación y esperamos poder rodar en 2024.

¿En qué medida la han ayudado/apoyado programas como Kimuak e Ikusmira Berriak en el desarrollo de tus proyectos?

–Son programas que contribuyen indudablemente a la producción y la visibilidad de los proyectos. Ayudan a que las películas se hagan y se vean a distintos niveles. Un apoyo económico como el que proporciona Ikusmira Berriak facilita dedicarles tiempo a los procesos de investigación y escritura. En el caso de los cortos, el trabajo de distribución es fundamental para que las películas sean vistas y se trata de una labor muy difícil de llevar a cabo sin un apoyo como el de Kimuak. La distribución supone un enorme y valiosísimo trabajo y la selección de los cortometrajes en festivales es la forma más importante de que trasciendan y se den a conocer. La presencia en festivales, el contacto con los profesionales de la industria, el reconocimiento y la promoción contribuyen a la visibilidad de los proyectos que, nos guste o no, es determinante a la hora de sacar adelante las películas.