El Plan Industrial de Navarra destinará 506,17 millones de euros para que este sector afronte sus retos inmediatos: consolidación de un empleo de calidad, retención y atracción de talento, transformación digital para potenciar la competitividad e impulso de la sostenibilidad en el nuevo modelo de economía circular para hacer un uso eficiente de los recursos.

Este plan, impulsado por el departamento de Desarrollo Económico y Empresarial, abarca el periodo 2021-2025 y contempla seis ejes, con 15 líneas de actuación. Tres de ellas engloban casi el 68% del presupuesto para todo el periodo: 130,1 millones para impulsar la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en la industria, clave para su posicionamiento en el mercado; 109,7 millones para incentivar la colaboración empresarial en el marco de un contexto global, en el que la cooperación va a resultar imprescindible para competir en el sector; y 102,2 millones para financiación de proyectos e inversiones que favorezcan su crecimiento. 

El consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Mikel Irujo, ya adelantó la pasada primavera que esta estrategia quiere “situar a la industria de la Comunidad Foral –que actualmente supone un 31% del PIB foral– como un pilar de la política socioeconómica de Navarra”. Esta semana el Ejecutivo, en sesión de Gobierno, ha aprobado este plan dirigido principalmente a las actividades de la automoción, la mecatrónica, la cadena alimentaria, la energía eólica, las energías renovables y recursos ambientales, la biofarmacia, la industria de tecnología sanitaria, la logística y el transporte, el diseño, ingeniería y maquinaria avanzada, la industria gráfica y audiovisual y las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

El empleo

Si se analiza la evolución del empleo en la última década en Navarra –desde 2012, sumida la Comunidad en una profunda crisis, hasta 2022, tras una pandemia que propició un bache económico, seguido de una inflación descontrolada y de una crisis energética que perduran–, se observa que la industria y los servicios han dinamizado el mercado laboral, ya que agricultura ha destruido puestos de trabajo y la construcción se ha mantenido.

La Encuesta de Población Activa (EPA) contabilizaba 80.500 ocupados en el cuarto trimestre del año pasado, la mejor cifra desde 2008, con un salario anual medio de 28.433 euros. Este sector es el mejor remunerado en Navarra, aunque en los últimos años ha sufrido una reducción del 3% –en 2019 el sueldo medio estaba fijado en 29.303,55 euros–, debido al contexto económico derivado de la pandemia.

El empleo se convierte en uno de los ejes del Plan Industrial, ya que la cuarta revolución en la que está inmersa este tejido empresarial va a impactar de lleno en los puestos de trabajo. La digitalización, la conectividad, la automatización de procesos o la aplicación de la inteligencia artificial repercuten en los empleos actuales y en la generación de profesiones asociadas a las nuevas necesidades.

El plan toma como punto de partida del empleo el número de ocupados que tenía Navarra en 2021 –año de inicio de esta estrategia–: 72.000 personas con empleo. De esta forma, pronostica que con las medidas impulsadas podrán crearse 2.000 puestos de trabajo durante el periodo para consolidar un total de 74.000. Están por debajo de los 80.500 actuales, paradoja que puede explicarse por la repercusión negativa en el empleo de los cambios que va a introducir la industria en sus modelos de producción los próximos ejercicios.

La formación

Por ese motivo, en estos años, los sectores público y privado trabajarán en la capacitación y la formación de las personas para la adquisición de nuevas competencias y habilidades que faciliten el crecimiento, consolidación y la transformación hacia una industria más inteligente y sostenible. 

En la última década, las actividades más generadoras de empleos han sido la industria agroalimentaria, química y farmacéutica, fabricación de caucho y plástico y automoción. En cambio, aquellas empresas que han reducido sus plantillas se sitúan en textil, madera, productos minerales no metálicos y artículos electrónicos, según el análisis de este plan.

Además, el Gobierno persigue como objetivo reducir la brecha de género en la industria: el 38,8% del empleo en Navarra está representado por hombres en la industria, porcentaje que desciende casi al 16% en el caso de las mujeres. Esta actividad en España tiene un peso mucho menor: 18,71% y 7,75%, respectivamente. Este reto se convierte en una prioridad social y en una solución a las dificultades de acceso a talento.

Creación de negocios

Para sustentar estos empleos deben afianzarse las actuales empresas –pero con la actual transformación lo más probable que alguna se quede por el camino– y la constitución de nuevas vinculadas a los sectores mencionados y otras que surgirán ante los avances tecnológicos.

En Navarra operan casi 3.300 empresas en la industria, y el Ejecutivo se ha puesto el objetivo de llegar a las 3.500 en 2025. Actualmente, tres de cada cuatro empresas de la industria en la Comunidad tienen nueve o menos empleados. Solo 40 de las más de 3.300 empresas suman más de 250 trabajadores: doce de ellas en la actividad agroalimentaria; ocho en la automoción; tres en el metal; dos en la industria del papel y otras dos en la fabricación de productos farmacéuticos, etc. 

Perfil exportador

Por otra parte, el Gobierno trabajará en colaboración con las empresas la internacionalización, tanto en la comercialización como en la cooperación con proveedores internacionales. ¿La meta? Pasar de 2.777 organizaciones exportadoras a 3.000 entre 2021 y 2025; y que las regulares lleguen a las 1.200 cuando ahora se sitúan en las 775. Con ello, se pretende que el volumen de ventas en el exterior llegue a los 12.000 millones, un 53% más que en estos momentos.

La industria navarra cuenta con 311 multinacionales procedentes principalmente de Francia, Alemania y Estados Unidos, que suponen el 10,6% del PIB y el 12,6% del empleo. Así, la Comunidad también pondrá el foco en los inversores extranjeros, ya que quiere captar 500 millones entre 2021 y 2025 por los 480,6 millones entre 2017 y 2020; y en el talento internacional, como región atractiva para desarrollar proyectos empresariales.

Queda mucho camino por recorrer para avanzar en esa industria que mejore su competitividad, basada en las personas, la conectividad, la automatización y la sostenibilidad, y con ello lograr que el peso de la industria sobre el PIB foral aumente un punto, del 31% al 32%, un porcentaje que duplica el 15,31% del Estado.