Más de la mitad de los municipios navarros (147 de 272) creó empleo durante 2023. Una buena noticia, con Corella, Lumbier y Alsasua como localidades más dinámicas, en un ejercicio en general notable para el mercado de trabajo de la Comunidad Foral, que acusa, eso sí, una gran concentración de la actividad en la Comarca de Pamplona e incluso en la propia capital. En Iruña se registraron 40 de cada 100 nuevos puestos de trabajo

Pamplona fue, como es habitual, el municipio que registró una mayor creación de empleo en 2023, con 3.484 nuevos puestos de trabajo a cierre de diciembre. Esta cifra no se entiende sin la aportación del sector público, que se ha convertido en uno de los grandes motores de contratación de los últimos años, sin el excepcional año turístico, que ha devuelto a la hostelería a cifras récord de ocupación y sin los titubeos de la industria, que ha acusado la debilidad de Alemania. Y que profundiza una tendencia imparable: Pamplona y los municipios circundantes están camino de convertirse, a no mucho tardar, en un área urbana de 400.000 habitantes. 

Porque hay inercias que resulta imposible combatir. Y el crecimiento de las ciudades a nivel mundial es una de ellas. “No solo te tiene que gustar vivir en un pueblo, tiene que haber servicios, tiene que haber empleo y tiene que haber una oferta de ocio”, resumen Mikel Aoiz, alcalde de Ochagavía, una de esas localidades del Pirineo que, pese a crecer en empleo en los últimos años de la mano del turismo y del sector primario, no logra revertir el descenso en la población. “Por cada cuatro o cinco que fallecen apenas viene uno nuevo”, añade. 

Con 5.883 nuevos afiliados a la Seguridad Social, 2023 ha supuesto el tercer año consecutivo de crecimiento de ocupados. Un alza que es continua desde 2013 y que solo rompió el covid. A diferencia de lo que sucedía hace unos años, el empleo mejora significativamente incluso con niveles de crecimiento muy modestos, de apenas el 1,5%. La afiliación a la Seguridad Social se ha situado ya de manera consistente por encima de los 300.000 cotizantes, un hito histórico que ha ido acompañado asimismo de un peso creciente de la contratación a tiempo completo e indefinida. 

Estas cifras se han alcanzado con un fuerte impulso de los servicios a las personas, con la educación, la salud, el bienestar y la atención a la tercera edad como las actividades más dinámicas de modo general. A pesar de la inflación y de la debilidad europea, Navarra creó incluso más empleo que en 2022, con la agroalimentación, de nuevo, como la industria más dinámica y con la automoción otra vez por encima de los 12.000 trabajadores, tras crear 284 nuevos puestos de trabajo. 

La diversificación tiene también su correspondencia en los territorios, si bien no en todos por igual o de la misma manera. Muchos factores condicionan, de sur a norte y de este a oeste, la actividad económica. Unos municipios crecen y otros languidecen poco a poco. Bien porque dependen en exceso, de una única empresa, como se aprecia en los casos de Leitza (115 empleos menos en cuatro años) y Lesaka (93 menos), bien porque no disponen de suelo para atraer nuevas empresas, o bien porque son demasiado pequeños o porque su ubicación, especialmente remota, los deja fuera de cualquier iniciativa empresarial, como sucede en muchas localidades de Tierra Estella, la Baja Montaña o la Zona Media Oriental.  

En todo caso, el empleo ha mejorado en todas las capitales de merindad de Navarra y en todos los grandes municipios excepto en Tafalla, que se deja 51 empleos en el último ejercicio y que hace ya más de una década que muestra síntomas de cierta debilidad económica,. Tras haber sorteado la crisis de 2008 con una menor pérdida de empleo que otros municipios, no ha aprovechado la última década, de intenso crecimiento en el empleo, para reforzar su posición.

Desde 2013, Tafalla apenas ha creado 200 puestos de trabajo, menos de una tercera parte de los que, unos kilómetros al sur, se han generado en Peralta, donde la actividad es mucho más dinámica y que, junto a Azagra, Funes, Marcilla y San Adrián (3.100 nuevos empleos en diez años) conforma el gran polo de empleo industrial de la Zona Media. 

¿Qué está pasando? “Pues es la pregunta del millón -reflexiona Xabier Alkuaz, alcalde de la ciudad de Tafalla-, pero uno de los problemas es la falta de suelo industrial. Ni podemos atraer nuevas empresas ni las que ya tenemos pueden invertir para crecer. Estamos hablando con el Gobierno de Navarra para avanzar en el desarrollo de un nuevo polígono industrial, que se ubicaría en la zona de Barrankiel”.

Sin nuevo empleo resulta difícil anclar población, tanto en Tafalla, como en algunas de las pequeñas localidades que miran directamente a la ciudad del Cidacos, como San Martín de Unx, Ujué o Beire. O incluso la propia Valdorba. “Tafalla tendría que ser la ciudad tractora de la zona”, dice Alkuaz, quien recuerda que el reto de la despoblación es uno de los asuntos más graves a los que se enfrentan muchas zonas de Navarra. 

Cercana a Pamplona y bien comunicada, Tafalla sufre además una paradoja. El sur de la Comarca de Pamplona, con amplios polígonos industriales, como la Ciudad del Transporte, queda apenas a unos minutos en coche. Más cerca todavía se encuentra Barasoain, donde Nordex da empleo ya a unas 1.000 personas, por lo que muchas personas, pese a vivir en Tafalla, trabajan en algunas de estas ubicaciones. “Y, por nuestra localización, estamos bien comunicados, pero grandes infraestructuras como el Canal de Navarra, que es cierto que ha facilitado inversiones en algunas áreas. o el TAV nos están dejando algo encerrados”, añade Alkuaz.

  • Alsasua empieza a crecer. Cruce de caminos a los pies de la autovía, Alsasua ha pisado el acelerador en el último año, con 276 nuevos ocupados en sus empresas. Tiene ante sí el reto de Sunsundegui, que va a duplicar su plantilla. 
  • Aoiz se levanta tras la salida de Gamesa. Golpeada por el cierre de Gamesa,, se deja 240 empleos respecto a 2019, pero ha comenzado a remontar en 2023 con 58 nuevos ocupados. Flamasats, que puede crear hasta 250 empleos, quiere estar produciendo en 2025.
  • Sangüesa, a la espera. A la espera de que cristalice el proyecto de Mina Muga y arranque la construcción de la planta de hidrógeno verde, Sangüesa apenas crea empleo. Es el polígono de Lumbier el más dinámico. 
  • Estella y Viana dinamizan la zona. Entre las dos sujetan el empleo de toda la Merindad, con 275 nuevos empleos, a los que se suman los casi 50 de Los Arcos. En 2023, pincharon Mendavia ySesma. 
  • Baztan brilla al norte. Con 158 nuevos empleos, Baztan ha crecido en 2023. Bera cae tras años de avance mientras que Lesaka y Leitza, muy dependientes de ArcelorMittal y de la papelera, siguen perdiendo gas.

Sin el impacto de las infraestructuras, en este caso las autovías, no se entiende el crecimiento en los últimos años de localidades como Lekunberri, un oasis de actividad en una zona en cierto declive, o de Lumbier, cuyo polígono ha incrementado de manera sensible su ocupación en la última década, de la mano también de Nordex y Cárnicas Iruña, y que va a acoger también una empresa de reciclaje de palas. 

Pero disponer de empleo tampoco es garantía de que la población del municipio va a crecer en la misma medida. Sucede en Lumbier, donde solo en los últimos años ha comenzado a revertirse y muy levemente el decaimiento de las últimas décadas, y que se encuentra a la espera de que se implante el Bachiller en un Instituto que va a dar servicio no solo al municipio, sino también al valle de Salazar y a Roncal. Un servicio clave para retener población en valles que han sufrido especialmente la despoblación en los últimos años.