Si hay un aperitivo que no falta en ninguna celebración y que ocupa un espacio privilegiado en las barras de los bares repletas de pintxos, esa es la croqueta. Un plato estrella que gusta a todo el mundo y que cada vez son más quienes se animan a conseguir su propia versión en su hogar.
Y es que, por muy buenas que estén las clásicas croquetas de jamón, hay vida más allá de ellas. La hay de huevo, pollo, morcilla, chorizo, queso, arroz, bacalao, setas y hasta de espárragos. Porque, ¿qué mejor forma de aprovechar y celebrar la temporada estrella de los espárragos que preparando unas deliciosas croquetas de espárragos triguero y jamón? Una receta ideal de la que disfrutar tanto como aperitivo o como acompañamiento a un plato principal.
Ingredientes
- 50 gramos de harina de trigo.
- 50 gramos de mantequilla.
- 500 ml de leche.
- 12 espárragos trigueros.
- 100 gramos de jamón ibérico.
- 10 ml de agua.
- 3 huevos.
- 10 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 50 gramos de pan rallado.
Cómo hacer croquetas de espárragos trigueros y jamón
Picar los espárragos trigueros y el jamón en trozos muy pequeños
Para preparar unas deliciosos croquetas de espárragos trigueros y jamón lo primero que hay que hacer es picar los 12 espárragos trigueros y los 100 gramos de jamón ibérico en trozos muy pequeños.
Saltear y rehogar los espárragos
Después de picar los espárragos, hay que saltearlos en una sartén con una cucharada de aceite de oliva. Una combinación a la que hay que añadir medio vaso de agua, que hay que dejar que cueza hasta que se evapore.
Preparar la bechamel
A los espárragos y el aceite de oliva hay que añadir los 50 gramos de mantequilla. Rehogar los espárragos, añadir la harina y remover hasta tostar la harina. Cuando se haya tostado la harina, añadir la leche poco a poco hasta conseguir la bechamel. Una vez lista la bechamel, añadir el jamón y dejarlo durante un par de minutos.
Formar las croquetas y freírlas hasta dorarlas
Lista la bechamel, es momento preparar las croquetas. Hacerlas, pasarlas por harina, huevo batido y pan rallado y freírlas en abundante aceite. Cuando la superficie esté dorada, retirarlas de la sartén y escurrir el exceso de aceite dejándolas unos minutos en papel absorberse.
