Un terremoto de magnitud 5,3 ha causado pánico este sábado en la provincia de Nigde, una región del centro sur de Turquía pocos cientos de kilómetros al oeste de la región devastada a inicios del mes por varios sismos graves.

El sismo tuvo lugar a las 10:27 GMT y pudo sentirse en varias provincias vecinas, informa la prensa turca, aunque no se tienen aún informaciones sobre posibles daños.

Los terremotos entre las magnitudes 5 y 6 son relativamente frecuentes en Turquía, que registra una decena de este tipo de temblores al año, y normalmente no causan mayores perjuicios a viviendas o infraestructuras.

El observatorio sismográfico turco de Kandilli localiza el epicentro del temblor en Bor, un municipio a una decena de kilómetros al suroeste de la capital provincial de Nigde, una ciudad de 230.000 habitantes al sur de Capadocia.

La región se halla a unos 200 kilómetros al oeste de las zonas devastadas por los terremotos del pasado día 6, de magnitud 7,7 y 7,6, que han causado más de 44.000 muertos y casi dos millones de personas sin hogar.

Aquellos temblores extraordinariamente fuertes pueden haber originado un reajuste de varias placas tectónicas que se manifiestan ahora en sismos moderados en zonas vecinas, pero no hacen prever un nuevo desastre de mayor magnitud, explicó a la cadena NTV el geofísico Okan Tüysüz. 

Más de 44.000 muertos

El número de muertos por los terremotos, que sacudieron 11 provincias del sureste de Turquía el 6 de febrero con magnitudes 7,7 y 7,6, y a los que se añadió otro sismo de 6,4 el lunes pasado en Antioquía, ha subido hasta 44.218 personas, según las autoridades.

En conjunto, casi dos millones de personas han tenido que dejar sus casas, derruidas o dañadas por los temblores, y sobreviven de momento en tiendas de campaña, casetas prefabricadas, hoteles, albergues y diversas instituciones públicas, señala un comunicado de AFAD, el servicio de emergencias turco.

La cifra incluye tanto a quienes continúan en las zonas afectadas por los sismos como a quienes han buscado refugio en otras regiones del país, precisa AFAD.

En total 528.000 personas ha sido evacuadas de las once provincias que constan como región afectada, agrega el comunicado del organismo, mientras que en estas zonas se han instalado 335.000 tiendas de campaña y se están estableciendo 130 núcleos provisionales de casetas prefabricadas.

Hasta el momento, el Ministerio de Urbanismo ha inspeccionado 1,3 millones de edificios, que suman más de medio millón de viviendas u oficinas, constatando que 173.000 inmuebles están o bien derruidos o tan gravemente dañados que deben ser demolidos de inmediato.

En marzo y abril arrancará la construcción de 200.000 viviendas nuevas, ha prometido el Ministerio.

Un millón de desplazados

Casi un millón de personas se han visto obligadas a dejar sus hogares en el sur de Turquía tras el catastrófico terremoto que dejó, el pasado 6 de febrero, más de 44.000 fallecidos en todo el país, según las estimaciones de la Agencia para la Gestión de Desastres y Emergencias turca (AFAD).

La AFAD tiene constancia de al menos 474.520 evacuados por tierra, mar y aire bajo la coordinación de la agencia, más 105.683 que abandonaron sus hogares por sus propios medios. No obstante, quedan cientos de miles de personas no registradas que elevan el total de desplazados a casi un millón, "un número que supera la población de 57 provincias del país".

Turquía ha confirmado también el retorno de 18.000 sirios al noroeste del país, también afectado por los seísmos. Además, han sido identificados los cuerpos sin vida de 2.000 sirios fallecidos en los terremotos en la frontera entre ambos países.

El total de muertes por los terremotos asciende a más de 50.000 con el balance de Siria, si bien el número de víctimas en el país árabe es mucho más difícil de calcular, especialmente en el noroeste, en manos de grupos rebeldes.

Pese a que las cifras aumentan cada día, el total de muertos en Siria supera los 5.900 -- con más de 11.000 heridos--, según datos oficiales que no han sido actualizados desde el pasado 12 de febrero, pocos días después de los seísmos.