Luis Miguel Lameirinhas se desplazó el pasado domingo al frontón, “engañado” por su familia, a jugar con sus nietos. Al llegar a la plaza de laxoa, además de sus nietos y toda su familia, se encontró con una concentración de coches clásicos, con su cuadrilla, y con amigos de la asociación Club Clásicos San Fermín, con la que tantas salidas ha realizado durante años. Entre todos, le habían organizado un homenaje por su próxima jubilación. El elizondarra recibió varios obsequios, entre ellos, una réplica de un 600 como los que tuvo hace años y con los que tantas veces participó en las quedadas del Club Clásicos San Fermín. Luego, se dieron un homenaje con un animado pintxo pote.