“En Bardenas no existen grandes poblaciones de muchas especies pero si mucha diversidad. Están todas las especies que pudiera haber en unos números discretos pero bien representados. Diversidad, que significa riqueza y calidad de hábitat”. Los intensos y diversos estudios que se han elaborado sobre Bardenas Reales permiten sostener esta afirmación y reflejan el retrato de un paisaje rico en biodiversidad, pero también en tradiciones, historia y futuro.

Todos estos aspectos, como en un gran caleidoscopio, se analizan en las XI Jornadas Técnicas de la Reserva de la Biosfera de Bardenas Reales que se han celebrado esta semana en el centro de interpretación de Aguilares. En ellas, por undécimo año, se han mostrado y analizado los diferentes estudios que cada año se realizan sobre este Parque Natural que tiene una extensión de más de 42.500 hectáreas donde, como dice su biólogo Alejandro Urmeneta, se aprecia que “siendo equipos distintos de estudios tan diferentes sobre fauna, geología, arqueología o vegetación tienen sinergias y es fascinante cómo se entremezclan los intereses y las conclusiones de todo tipo. Es una gozada”.

Los estudios, que financia y apoya la Comunidad de Bardenas Reales con hasta 200.000 euros cada año, se muestran y exponen para reflejar la riqueza de un territorio y enseñan aspectos tan fascinantes como que la deforestación salvaje que sufrió Bardenas en el siglo XVIII se debió a la fabricación de pez y pudo dejar el aspecto desértico actual, que existe una población asentada de gatos monteses, los movimientos de los buitres y alimoches bardeneros, cómo recuperar la población diezmada de conejos o la política medioambiental de Defensa en el Polígono de Tiro.

El fomento de estudios sobre Bardenas comenzó hace casi 15 años, cuando en 2009 el Estado sacó una línea de ayudas para Reservas de la Biosfera, “era una financiación bastante fuerte y el primer año presentamos un programa ambicioso de infraestructuras y también proyectos de investigación de nuestro patrimonio natural y etnográfico”, explica Urmeneta. Sin embargo la crisis llegó y desaparecieron las ayudas pero la Comunidad de Bardenas decidió seguir apostando por esa vía, financiando con unos 200.000 euros anuales estudios sobre su territorio. En este tiempo, solo la pandemia ha evitado que se celebraran estas jornadas.

Asistentes a las jornadas técnicas. FOTO: CEDIDA

Algunos estudios

Una muestra de lo polifacético de los estudios que se presentan en estas jornadas es la que se titulaba “Conectando la naturaleza: LoRaWAN en Bardenas Reales”, un proyecto que lidera ASOBAR (Asociación de Sociedades de Bardenas), en el que Fernando Pascual de CIP ETI Tudela presentó una solución para la falta de cobertura y comunicación en el interior de la Bardena. “Es una red de comunicación de muy largo alcance aunque con baja capacidad de transmisión de información, pero permite poner sensores para obtener información en la Bardena donde hay mala cobertura telefónica. Creo que lo implantaremos este año”, explica Urmeneta.

También dentro del ámbito más técnico y de futuro Javier Peralta presentó dos estudios, el primero de ellos realizado sobre unas parcelas en las que se analizó cómo evolucionaba la vegetación durante 10 años ante la presencia o la ausencia de ganado. El segundo se centraba en la elaboración de una cartografía de los hábitats a escala 1-10.000 que examina la presencia y cobertura de la vegetación, “se hace en toda Europa pero a escala 1- 50.000, por lo que ésta tiene una resolución más fina y nos viene muy bien para otros estudios de distribución de fauna con esa vegetación. Nos ofrece una visión muy fina de la vegetación en la Bardenas”.

Pero si hay un aspecto que desde hace años ha generado interés por su relevancia histórica y sobre la evolución de Bardenas es el análisis del profesor de la Universidad de Valladolid, Manuel Rojo sobre los hornos de pez. En ellos se elaboraba alquitrán durante los siglos XVI, XVII y XVIII. El hallazgo de restos de 15 de estos hornos en Bardenas y la rehabilitación de uno de ellos puede cambiar la visión de historia de este territorio ya que su proliferación pudo suponer la desertificación de las Bardenas Reales. “Se obtenía de la resina de pinos y sabina para impermeabilizar todos tipo de estructuras. La mayor demanda para calafatear barcos pero también tejados, aljibes odres, botas de vino... A partir de esa época llegarán otros materiales más baratos y cayeron en desuso. El consumo de tocones de pino era tan enorme que seguramente fue uno de los usos humanos que más influyó en la deforestación histórica de la Bardena”, explica el biólogo. De hecho en las ordenanzas del siglo XVIII ya se prohibía cortar pino y sabinas, “la Bardena Blanca era algo más parecido a la actual Bardena Negra. Pino carrasco en las laderas, en las planas encinares y algún quejigo, sabina albar, eso es lo que hubiera sido Bardenas”. Baste saber que en 1538 se daba una concesión de 6.000 pinos a una sola persona para usar en un horno durante tres años.

En lo que respecta a la fauna, se ha analizado los recorridos de alimoches y buitres que viven en Bardenas, “el alimoche es la especie que cuenta con un seguimiento más a largo plazo, en los 80 ya la estudiábamos, pero el buitre ha requerido un esfuerzo muy importante. Los adultos tenían un corredor con Castilla La Mancha, pero en 2021 y 2022 marcamos pollos nacidos aquí y hemos visto que de 32 unos 16 viajan hasta África, algo que nunca habían hecho los adultos. Pasan allí el invierno y vuelven otra vez en primavera”.

También se ha realizado un estudio sobre la escasez de conejo en Bardenas ya que mientras al otro lado de los ríos Ebro y Aragón (los ejes de la Ribera) existe casi una plaga de esta especie, en este territorio cada vez es más difícil encontrarlos.

Igualmente se ha analizado la presencia del gato montés. Pudiera dar la impresión de que es una especie que solo existe en lugares con densos bosques europeos como Alemania o en el valle de Aezkoa de Navarra cuya existencia estudió el Gobierno. “Estudiar a mamíferos carnívoros es como analizar a un fantasma”. Es muy difícil ver gato montés, garduñas, comadrejas y tejones. Con la ayuda del Gobierno hemos colocado unidades de muestreo en La Negra en 2022 y hemos sacado avistamientos con una frecuencia muy similar a la de otros hábitats como zonas de Alemania”. De esta forma en 2023 colocarán más cámaras en otras zonas como la Blanca Alta y la Blanca Baja. “No podemos decir que es muy abundante pero si que está presente en el territorio como los zorros, tejones... que se han de repartir los recursos”.