Hace unos días se cumplieron 100 años desde la celebración en Etxarri Aranatz de la primera Euskal Festa de Navarra. Fue el 21 de mayo de 1923, organizada por Euskaltzaindia con la colaboración de la Diputación de Navarra y del Ayuntamiento de Etxarri con dos objetivos fundamentalmente, detener la pérdida del euskera que se estaba produciendo en ese momento, además de su impulso. El domingo la comisión de Euskera quiso recordar este centenario, con una mirada al pasado y también al futuro además de agradecimientos. Y es que aprovechó este aniversario redondo para homenajear a José Luis Erdozia Mauleon, un etxarriarra que ha trabajado sin descanso en pro del euskera. 

En el programa de hace 100 años hubo bertsoak, poesía, música e irrintzis entre otros entretenimientos, un guión que se quiso repetir. La nota musical fue de la mano de la Coral de Etxarri Aranatz y la Coral txiki. De los versos se encargó Eneko Lazkoz y de la poesía, alumnado de Andra Mari Ikastola y San Donato Eskola, que pusieron voz a sendos poemas de Jon Maia y Castillo Suárez. Tampoco faltaron irrintzis con Naroa Anso.

Momento de la actuación de la Coral txiki de Etxarri Aranatz, N.M.

Entre canciones fue el homenaje a José Luis Erdozia Mauleon, miembro de Euskaltzaindia, cuya trayectoria se contó en un teatrillo, un guiño a la representación que se realizó con motivo del 700 aniversario de la fundación de Etxarri Aranatz en 1312. Y es que el guión era suyo. Resumir el trabajo realizado por Erdozia en torno al euskera no es fácil. Ya su tesis doctoral fue sobre el euskera desde Etxarri Aranatz a Uharte Arakil (Sakana erdialdeko euskara, 2001). Desde entonces a ha publicado ocho libros y más de una treintena de artículos en revistas especializadas, prácticamente todos ellos en torno al euskera y la toponimia de Sakana. “Eskerrik asko. Has dejado joyas en nuestras manos”, destacaron Onintza Goñi y Jasone Mendiola, al tiempo que le animaron a seguir con su trabajo.

En el homenaje a José Luis Erdozia no faltó un aurresku de honor. N.M.

“Pensaba que estas cosas se hacía después de muerto”, bromeaba Erdozia mientras quitaba mérito a su labor. “Voy a seguir trabajando porque es lo que me gusta. Tenemos una lengua muy bonita y rica. He recogido un patrimonio que estaba a punto de perderse aunque mucho se ha perdido porque la vida ha cambiado mucho estos últimos 40 años”, observó este euskaltzain al tiempo que animó a utilizar esta lengua para mantenerla viva. “Aunque hay más vascoparlantes que nunca, no se traslada a la calle”, lamentó.

Por parte de la Real Academia de la Lengua Vasca intervino Sagrario Aleman, su delegada en Navarra. “Hace 100 años se hablaba de la pérdida que se estaba produciendo. En la prensa de la época decían que se debía a la fábrica de cementos de Olazti y a la estación de Altsasu. Creo que también era porque se menospreciaba de alguna manera. Esa percepción ha cambiado porque se pusieron unos cimientos fuertes que hicieron que el euskera se introdujera en espacios que le eran extraños, como la Universidad, que le dieron prestigio. También ha llegado a ciudades y pueblos grandes donde había desaparecido”, observó. “En este camino ha sido fundamental el batua. Ha hecho posible que haya llegado a la enseñanza, a la literatura y a los medios de comunicación”, añadió. Asimismo, puso en valor pueblos como Etxarri en los que se ha conservado el euskera y se ha transmitido de generación en generación. “Aunque se han dado grandes pasos, queda mucho por hacer”, destacó. De Euskaltzaindia también acudieron Andrés Iñigo y Castillo Suárez.