Navarra cambia su altitud

En el año 2023 se ha corregido la altitud de todas las localidades de la Comunidad Foral y desde entonces, algunas están más altas (incluso con 10 metros de diferencia) y otras más bajas. Cuando se examinan los datos estadísticos de un municipio, esta magnitud era siempre la única cifra invariable, pero en el mundo cambiante actual también la altitud de un municipio ha variado.

No hace referencia a que se haya movido el núcleo del planeta, ni a los cambios climáticos, no responde al ascenso de los mares (que podría ser) ni al descenso de las montañas. La razón habría que buscarla, simplemente, en un nuevo método de medida.

¿Por qué cambia la altitud en Navarra?

Para comenzar con las explicaciones, habría que saber que en geografía, la altitud es la distancia vertical de un punto de la Tierra con respecto al nivel del mar, en contraste con la altura, que indica la distancia vertical existente entre dos puntos de la superficie terrestre.

Desde el Instituto Navarro de Estadística han confirmado que se han producido estas variaciones ya que se ha realizado “una modificación en la forma de recoger la altitud para obtener datos más precisos”.

Hasta el año 2021, los datos de altitud de las diferentes poblaciones navarras estaban referidas a una señal ubicada en las diferentes Casas Consistoriales. Según han razonado desde el INE “en los Ayuntamientos alejados de las líneas de la red de nivelación, se ha determinado la altitud mediante la técnica espacial GPS (posicionamiento global por satélites) con un margen de error inferior a un metro. En los ayuntamientos próximos a las líneas de nivelación, la altitud se ha obtenido a partir de éstas, mediante nivelación geométrica con un error máximo de 0,01 metro, o, excepcionalmente, por nivelación trigonométrica con una precisión de ± 0,05 metros”.

Sin embargo, para el nomenclátor de Navarra del 1 de enero de 2023 (nomenclator es la relación de entidades de población de Navarra a 1 de enero de cada año y permite ver los cambios en la denominación de estas entidades, su categoría y algunos atributos como población empadronada, superficie o altitud) los datos de altitud “están referidos a la cota en la calle en el punto de acceso a las Casas Consistoriales”, facilitados por la unidad de cartografía del Servicio de Estudios y Proyectos de la Dirección General de Obras Públicas e Infraestructuras. “La información se ha obtenido cotejando con el Modelo Digital del Terreno del vuelo LiDAR de 2017. La precisión esperable es métrica. Se ha redondeado al metro la cota de terreno para soslayar los casos de accesos al terreno no homogéneos”. Navarra fue en 2017 la primera región en utilizar por primera vez en Europa la nueva tecnología Lidar con el sensor Single Photon Lidar (SPL100), que suponía que un vuelo Lidar registre al menos 14 haces de luz láser por metro cuadrado cuando hasta la fecha se recibía un punto por cada metro cuadrado.

En definitiva, como explicación más sencilla, desde el Instituto Navarro de estadística afirman, “se ha modificado la forma de recoger la altitud de las Casas Consistoriales, antes partía de la señal ubicada en las Casas Consistoriales y ahora de la cota en la calle de punto de acceso a las Casas Consistoriales”, esto es, que se ha actualizado el método de medición del terreno gracias al Modelo Digital del Terreno del vuelo LiDAR de 2017. Esta información solo se ha aplicado a nivel de Navarra porque “el nomenclátor es una estadística de elaboración propia por parte del el Instituto de Estadística de Navarra”.

Origen de la altitud

Para hacer algo de historia y conocer el origen de esta magnitud, habría que saber que cualquier altura sobre el nivel del mar es relativa, por lo que se hacía necesario fijar una cota cero, un punto de referencia sobre el cual establecer las altitudes en un país. En España se remonta a 1846, año en que se creó el Instituto Geográfico y Estadístico y se puso como objetivo realizar una cartografía nacional y fijar la altitud exacta de los accidentes topográficos que había en todo el país. El mapa se inició en 1857 y se terminó en 1968.

Para que la medición fuese estable había que elegir un punto bajo para que no se produjeran alturas negativas y el mar se antojaba como el mejor elemento para ello. De entre los tres que cercan a la Península (Mediterráneo, Cantábrico u océano Atlántico) se eligió el Mediterráneo porque a los mares interiores les afectan menos las mareas. Así, elegido este mar, ¿por qué Alicante?, según los especialistas “se comprobó que esta ciudad era la más adecuada según criterios astronómicos, meteorológicos, climatológicos, posición geográfica, presión atmosférica, variabilidad estacional, y coeficientes y corrientes de marea”, además la diferencia entre la pleamar y la bajamar era especialmente pequeña, de apenas 20 centímetros, menor que en otras ciudades.

Se realizaron cuatro mediciones diarias durante tres años en el paseo del Puerto, en una zona protegida del oleaje conocida como Las Escalinatas de la Reina y su estabilidad lo convirtió en el lugar ideal para convertirlo en cota cero, y así se hizo desde 1874. Posteriormente se quiso hacer más visible, por lo que se eligió el primer peldaño de la escalera interior del Ayuntamiento de Alicante, fijando su altitud en 3,4095 metros sobre el verdadero nivel cero establecido en el puerto de la ciudad.