Flotadores y bañadores fueron los protagonistas en la localidad de Estella-Lizarra durante la mañana de ayer, quedando así sustituida la mítica vestimenta blanca y roja que tanto caracteriza a las fiestas navarras. Frente al ayuntamiento, los vecinos más jóvenes se preparaban para uno de sus acontecimientos favoritos: la tradicional bajada por el río Ega. Con hinchables de todos los tamaños y colores, las cuadrillas celebraron el inicio de las fiestas echándose harina unos a otros y empapándose de vino, amenizando de esta manera la espera del lanzamiento del cohete.

Un grupo de amigos se baña con flotadores en el río Ega.

Tras el chupinazo, decenas de jóvenes bajaron al río dispuestos a celebrar “a lo grande” las fiestas “más esperadas del mundo”, según comentaban, emocionados, David Campos y Emán López. A pesar de que algunos adultos lo cuestionen en ocasiones, “los jóvenes también tenemos tradiciones”, añadieron. Cuando estaba en 5º de Primaria, David Campos se bañó en el río Ega por primera vez. “Parecía divertido y quería probarlo”, afirmaba. Años después, continúa usando un flotador para las fiestas con todos sus amigos.

Los más jóvenes se lanzan al río Ega para festejar el inicio de las fiestas.

Con la euforia del pistoletazo en el balcón del consistorio, los nadadores se desplazaron en tropel hasta el parque de Los Llanos, la zona más aconsejable para lanzarse al agua, hacerse hueco entre los hinchables e iniciar el trayecto en flotador. Los más atrevidos se tiraban incluso con cervezas o vasos en la mano, que intentaban salvar a toda costa sin derramar ni una sola gota.

Eneko Rodríguez y Zuriñe Rivero, de 14 años, aseguraban que lo más bonito de Estella es, sin duda, el ambiente familiar. Además, la costumbre de los jóvenes de flotar río abajo es “lo más divertido de todo”. Y es que, después de dos años sin poder disfrutar de las fiestas a causa de la pandemia, “todo el mundo tiene ganas de pasárselo bien”, mencionaban también Oihane, Haizea, Estela y Alaitz. “Nos hace muchísima ilusión bañarnos en el río con flotador y ropa. Puede parecer una tontería pero para nosotros es importante”, añadieron las cuatro amigas.

La tradición de los flotadores de Estella es también un imán para las cuadrillas de otras zonas de Navarra. Desde Pamplona, Unai Saiz, Jon Hernández y Miguel Pérez acudieron al río Ega, como ya habían hecho años atrás. “Después de mancharte de vino y de harina, lo que te apetece es un baño, aunque esta agua no esté especialmente limpia ni limpie mucho...”, reían mientras intentaban que la corriente no se llevase sus flotadores. “¡Este año tenemos casi todos el mismo flotador, parece que ya forma parte del uniforme de Estella”, continuaron. Además, comentaron que suelen ir a Estella porque “las juergas son muy buenas, y a nosotros lo de la bajada del río nos encanta, es un plan divertido si vas con tus colegas. Si vienes disfrutas fijo”, aseguraban.

A pesar de la preocupación de muchos, el hecho de que el río mantuviera su caudal a un nivel bajo no impidió que los jóvenes realizaran su legendario viaje en flotador, aunque en algunos tramos era necesario avanzar a pie. Desde fuera, mientras contemplaban el escenario acuático, los más mayores se reían a carcajadas viendo alguna que otra caída o resbalón. Con una mirada tierna, comentaban entre ellos que “es bonito ver a la juventud disfrutar. Ahora Estella tiene vida”.