El Ayuntamiento de Pamplona y el Departamento de Cultura del Gobierno foral mantienen un enfrentamiento que puede acabar en los tribunales por una instalación de placas solares para el autoconsumo en la cubierta de la estación de autobuses, que según la institución Príncipe de Viana debe ser desmontada por el efecto visual que ocasiona en el entorno de la Ciudadela, a lo que se opone el equipo del gobierno municipal.

Una resolución firmada el 18 de febrero por el director general de Cultura da un plazo de 6 meses para la retirada de las placas solares después de que el Ayuntamiento ignorara una resolución anterior (del 26 de octubre) que le ordenaba detener las obras.

La instalación está acabada y en funcionamiento. Consta de 270 paneles fotovoltaicos de 400 Wp colocados sobre la cubierta del edificio, que además de servir para el autoconsumo de la nueva estación, serán utilizados como fotolinera para la recarga de vehículos eléctricos.

Para ello, el proyecto contempla habilitar un sistema de almacenamiento con batería de segunda vida y un sistema de control informático para todo el conjunto.

Pese a que las placas solares no son visibles desde la calle y que sólo desde la altura de los edificios cercanos pueden verse, Príncipe de Viana argumenta que el aspecto de la instalación “no encaja en el edificio ni en el entorno de la Ciudadela”, considerada como Bien de Interés Cultural (BIC).

“No son visibles”

“No son visibles” Un informe elaborado por el servicio de Patrimonio reconoce que en septiembre del año pasado autorizó el proyecto y que las placas “apenas son perceptibles desde la vía pública”, pero que sí son visibles “desde los numerosos edificios situados en las inmediaciones”, lo que a juicio de la institución afecta a la comprensión de la fortificación.

Cultura detalla que las placas solares abarcan casi la totalidad de la cubierta -87 de los 107 metros de longitud del edificio- y toda su anchura, salvo unas estrechas franjas de separación de módulos.

Para justificar la orden para desmontar la instalación fotovoltaica, el departamento de Cultura señala que “la cubierta de la estación no es una parte secundaria del edificio” y que las obras realizadas “modifican y desfiguran totalmente el aspecto de la cubierta”.

El ayuntamiento, en contra

El ayuntamiento, en contraLa postura del Ayuntamiento difiere totalmente. En un informe elaborado por el área de Gobierno Estratégico se recuerda que el régimen de protección del patrimonio cultural de Navarra hace una distinción entre los monumentos y sus entornos: “Es una evidencia incontestable que el acceso a la infraestructura nada tiene que ver con la Ciudadela como expresión de la arquitectura militar del siglo XVI, que es el fundamento de la declaración de aquélla como monumento histórico-artístico de carácter nacional” desde 1973.

El Ayuntamiento considera que las placas no afectan a la Ciudadela y que se ha cuidado hasta el último detalle para evitar el impacto visual de la instalación fotovoltaica. “El único cambio es que donde antes había losas grises ahora siguen estando éstas, pero hay encima placas solares grises, que apenas resaltan unos centímetros”.

El informe municipal rechaza los argumentos de Cultura y considera que no existe “ninguna justificación” que impide colocar una instalación en la cubierta de un edificio construido en 2004: “O si se quiere, en qué perjudica al entorno del monumento que encima de unas baldosas cerámicas grises se coloquen unas placas de vidrio del mismo color”.

El Ayuntamiento de Pamplona interpreta que el edificio de la estación de autobuses no debe ser incluido en el perímetro de la delimitación del BIC de la Ciudadela y asegura que no es necesaria la autorización para colocar las placas: “No hay solicitud de licencia de obras porque no hay obra, sino instalación móvil”.

Para complicar más el asunto, el informe municipal recuerda que la instalación ha sido financiada en parte por el Gobierno foral, que asumió el 51% del proyecto mediante la concesión de una subvención directa al Ayuntamiento por un importe de 93.000 euros para la ejecución de un punto de recarga de vehículos eléctricos.

Para el Ayuntamiento “resulta contradictorio que el departamento de Desarrollo Económico y Empresarial otorgue una subvención para una instalación fotovoltaica y que la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ordene el desmantelamiento de dicha instalación”.

La última de las consideraciones del informe recuerda que la actuación subvencionada se enmarca dentro del proyecto europeo Stardust, en el que participan el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra, y que la responsabilidad de ejecutar la fotolinera correspondía al Ejecutivo.

“No obstante, en los primeros meses del proyecto el Gobierno de Navarra propuso no realizar esta instalación, por lo que el Ayuntamiento asumió la responsabilidad de llevarla a cabo contando en todo momento con el apoyo del Gobierno de Navarra”, cita el informe.

Con estos argumentos, el Ayuntamiento pide al departamento de Cultura que suspenda la ejecución de la orden Príncipe de Viana para retirar las placas de la estación.

En este sentido, la Junta de Gobierno Local aprobó el 12 de abril un requerimiento reclamando la anulación de la citada resolución.

LOS APUNTES

  • La mayor de la ciudad. El proyecto del Ayuntamiento incluye colocar una instalación fotovoltaica de 100kW, la mayor de Pamplona, para suministrar energía al edificio y poste de recarga rápida para coches eléctricos.
  • 270 paneles. En la cubierta de la nueva estación de autobuses, que tiene una superficie de 500 metros cuadrados, se ha colocado la instalación formada por 270 paneles fotovoltaicos de 400 Wp con un rendimiento de prácticamente el 20%.
  • Fotolinera. La fotolinera prevista en el proyecto se instalará en el subterráneo, en la planta -1, junto a la parada de taxis con el fin de los coches de este tipo puedan ser recargados. El periodo de carga se sitúa en los 30 minutos.