La vida de Iván Palomares está llena de sonidos que le llevan de una historia a otra. Su último trabajo, la banda sonora de la película Las niñas de cristal está nominada a los premios Goya. Ha trabajado en cine y televisión y, para él, la música que compone forma parte intrínseca de la narración de la película o la serie. Reconoce que le gusta meterse en el meollo del proyecto audiovisual desde el guion, aunque lo habitual es que la composición se haga una vez finalizado el rodaje.

PERSONAL

Edad: 44 años.

Lugar de nacimiento: Madrid

Trayectoria: Su instrumento es el piano y ha estudiado Composición y Dirección de Orquesta. Como compositor, ha firmado la música de diversos largos y cortometrajes, series de televisión y más de cuarenta documentales. Su trabajo se ha difundido en 130 países a través de National Geographic y Discovery Channel. Ha compuesto la banda sonora de Palabra para un fin del mundo, y ha puesto su sello a La templanza y La cocinera de Castamar. Es el autor de la música de Las niñas de cristal y está nominado a los premios Goya que se celebrarán en 2023.

¿Qué supone la edición de la banda sonora de Las niñas de cristal?

Mucho. Ya sabes que es una película de Jota Linares. Para mí es una película única. Es una mirada sobre el mundo del ballet, es muy psicológica y no tiene nada que ver con el resto historias que se han hecho sobre esta disciplina. Las niñas de cristal habla más de la fragilidad y de la soledad en el arte.

¿Esa fragilidad y soledad se da en otras disciplinas?

Sí. Va a depender también de las personas, de los artistas. Hay veces que por la búsqueda de la perfección en cualquier disciplina artística se puede llegar a enfermar. Para mí este trabajo ha sido muy especial porque tuve la oportunidad de trabajar con el coreógrafo Antonio Ruz, con Jota Linares, con actrices como María Pedraza o Paula Losada. Todos y todas han hecho un trabajo espectacular.

El compositor madrileño está nominado a los Goya por la banda sonora de ‘Las niñas de cristal’.

¿Cómo es la música de esta película?

Tiene que convivir en dos niveles. Hay un primer nivel que representa el del mundo de las niñas protagonistas, es un mundo en el que ellas se sienten seguras y libres. Pero en el segundo nivel, ese universo tiene que volverse hacia el espectador con cierta incomodidad. Para mí ha sido muy importante jugar con esos dos elementos. Además, esta edición es muy especial porque acabo de recibir un premio que para mí es muy interesante porque lo conceden los compositores del sector audiovisual.

Cada vez tienen más importancia las bandas sonoras de las películas. Tengo la sensación que antes pasaban más desapercibidas.

No sé si se le da más importancia ahora. Lo que sí está claro que cada vez hay más conciencia de lo que puede aportar narrativamente una banda sonora. A veces se ha tratado como un mero acompañamiento o como un elemento de relleno, pero hay películas que destacan porque las bandas sonoras te llevan a otro nivel y hace que las historias se vean desde otra perspectiva. Creo que ahora estamos muy bien y es hora de reivindicar.

¿Está al mismo nivel que una composición de concierto?

Pueden estar al mismo nivel en calidad, pero son diferentes. La banda sonora de una serie o una película tiene un valor narrativo que a veces sigue al guion y otras veces no, pero siempre lleva en su composición la intención de contar una historia y de ser parte intrínseca de ella. Puede generar un código de comunicación que añada una capa de profundidad. Los espectadores son más conscientes de este poder que tiene la música en el desarrollo de una película o una serie. 

"Una buena banda sonora puede elevar a una película y una mala lo contrario"

¿Influye en el éxito de una película su banda sonora?

Una buena banda sonora puede elevar a una película y una mala banda sonora puede conseguir el efecto contrario. Hay que sumar muchos factores para casar bien la historia y la banda sonora.

¿Cuándo compone usted para una historia audiovisual, al principio del rodaje o cuando ya esta es posproducción?

Cada película es un puzzle y cada historia tiene su propio manual de instrucciones. Hay que diferenciar los procesos, los de una serie son distintos a los de una película. Yo prefiero trabajar antes, prefiero estar desde el guion. También me gusta conocer a todos los miembros del equipo, sobre todo para saber cuál es el tono y cuál es la historia que se quiere contar. Por ejemplo, para Las niñas de cristal hubo que componer piezas de ballet porque iban a ser coreografiadas y tenían que ser interpretadas durante el rodaje por las actrices y por eso hubo un trabajo previo. No es el más habitual.

¿Qué es lo habitual?

Entrar después del rodaje y en un primer montaje. Lo que pasa es que a mí me gusta entrar antes. Prefiero entrar desde el guion. Así puedo percibir cuál va a ser el universo principal de la película y luego ver si lo que he compuesto y lo que tengo en la cabeza tiene relación con las imágenes que luego recibo.

Vivimos en la sociedad de las etiquetas. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de música clásica? ¿Música solo antigua o también entra la contemporánea?

Se suele llamar música clásica a la música de concierto. Hay una tendencia a considerarla música antigua con el fin de diferenciarla de la que tiene unos objetivos más comerciales. Pero bien entendida engloba a toda la música de concierto sea contemporánea o de siglos pasados. 

¿Qué tipo de música se ajusta a sus gustos?

Soy amante de la música que en el momento en el que la escucho me dé lo que necesito. Creo que hay música que uno puede amar enormemente, pero que no le apetezca escuchar en algunos estados de ánimo. La gran cantidad de repertorio que hay te da la oportunidad de elegir. Hay veces que necesito ir a sonidos impresionistas, otras a temas más clásicos y otras veces necesito oír música contemporánea, mal llamada disonante. Va a depender del estado tanto emocional como intelectual que tenga en ese momento. 

"La música es como una especie de cápsula del tiempo”

La música es también un elemento de guerra generacional. Todos hemos oído a nuestros padres u otro familiares de mayor edad eso de “lo que estás escuchando no es más que ruido”.

Pienso que hay cierta nostalgia hacia el pasado y de que ese pasado fue mejor. También es cierto, y eso es parte del poder de la música, que tendemos a asociarla con momentos buenos o con muchos estímulos cuanto más jóvenes somos. La música es como una especie de cápsula del tiempo. El escuchar una música en concreto te puede transportar a través del resto de sentidos. Cuando la música cambia o evoluciona hacia otras experiencias, la solemos calificar de manera negativa. No voy a hablar de la calidad de unas músicas del pasado o del presente, voy a hablar del efecto que nos produce y de la experiencia que nos provoca el disfrutar, el vivir, a través de esos sonidos.

Muchos jóvenes que están en la treintena vuelven la vista atrás en cuanto a gustos musicales. ¿Se ha puesto de moda un cierto revival musical?

No sé si es una moda. Son ganas de escuchar algo que se distinga de lo que se oye en la época actual. Ahora mismo tenemos tal cantidad de música, y tan distinta, que puede llegar a ser un tsunami, por eso a veces volvemos la vista atrás buscando algo nuevo.

Al final vamos a volver a la música de la ruta del bacalao.

Ja, ja, ja... La música de la ruta del bacalao tiene una función, la de hacernos bailar y hacernos disfrutar en un determinado contexto. Los griegos también lo hacían y había músicas que estaban hechas para entrar en trance y para volverse, de alguna manera, un poco locos. Obviamente la música bacalao ha tenido esa función, y no estoy valorando la calidad de esa música, otra vez vuelvo al principio, a su efecto y su poder en varias generaciones. 

¿Qué es lo más importante de la música?

Es importante tener en cuenta que tiene un poder, que tiene un efecto en el cuerpo y un efecto en la mente. De hecho, se ha demostrado que funciona la musicoterapia.