Los fuegos artificiales son, junto con los encierros, uno de los grandes protagonistas del programa festivo de San Fermín. Cada noche, miles de personas se congregan en torno a la Ciudadela para presenciar las colecciones pirotécnicas que compiten en uno de los certámenes más prestigiosos del Estado. El concurso, que reúne a pirotécnicos nacionales e internacionales, no solo es una exhibición de creatividad y técnica, sino un símbolo del cierre festivo de cada jornada sanferminera. Sin embargo, la noche del jueves 10 de julio dejó a Pamplona con un sabor agridulce. El espectáculo previsto, a cargo de la pamplonesa Andrea López Lana, fue interrumpido apenas cinco minutos después de su inicio debido a un fallo crítico en el sistema de disparo.

Según explicó el jurado del concurso el incidente se produjo cuando el ordenador que controla la secuencia de lanzamiento pirotécnico dio la orden errónea de disparar prácticamente todo el material de golpe.

En apenas tres minutos, la práctica totalidad del espectáculo –alrededor del 90 % del material– había sido lanzada de forma simultánea, causando sorpresa entre el público, que asistía atónito a un desenlace prematuro y caótico. Afortunadamente, el equipo técnico logró detener el sistema antes de que todo el arsenal pirotécnico fuera consumido, aunque ya era demasiado tarde para salvar la velada.

Detectado el problema, de forma inmediata acudieron a la Ciudadela miembros de las áreas municipales de Seguridad Ciudadana y de Cultura, así como efectivos de la Guardia Civil y de Bomberos de Navarra, que tuvieron controlada la situación "en todo momento", explican fuentes del Ayuntamiento.

Se activó entonces el dispositivo de seguridad y se comprobó que no había daños físicos en el equipo de la pirotecnia que lanzó. Se garantizó la seguridad del perímetro y también el montaje de la instalación para el lanzamiento previsto para esta próxima noche, pendiente no obstante de las condiciones meteorológicas.

Como consecuencia del fallo, el jurado decidió descalificar a la pirotecnia de Andrea López Lana del concurso oficial de San Fermín 2025, anulando su participación pese a tratarse de una creadora local con una propuesta titulada “Pamplona, color y emoción”.

El incidente pone de relieve la complejidad técnica que hay detrás de este arte y la delgada línea entre la emoción y la frustración cuando la tecnología falla. Aun así, el ciclo de fuegos artificiales continúa y el público pamplonés sigue fiel a su cita nocturna, esperando cada noche ese instante mágico en que el cielo de la capital navarra estalla en luz, ritmo y color.

Iba a ser una traca muy especial

Andrea quería dedicar la exhibición a toda la gente de Pamplona, pero fundamentalmente a una persona muy especial. Una persona que la ha ayudado mucho y a la que quería rendir homenaje, Mari Ganuza (Pamplona, 1959-2025), queridísimo amigo de los Sanfermines e impulsor y presidente de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos desde 1990 hasta 2019. Andrea estaba acompañada por la empresa Pirotecnia Valecea de Vitoria, con siete técnicos encargados del montaje, un equipo que conoce bien porque ya habían colaborado juntos en otros espectáculos.