Siguen pasando cosas de esas que engrasan la regresión antidemocrática y el avance hacia un sistema cada vez más autoritario al servicio de los intereses de la acumulación del neoliberalismo económico de este siglo XXI. Cosas en las que los seres humanos pasan a ser, ya sin disimulo, también mercancía. El asalto a los recursos básicos para supervivencia de la especie humana y del resto de especies animales y vegetales en el mundo solo podía acabar explotando también al propio ser humano que ha generado ese modelo inhumano. Es el círculo perfecto de la falsa parábola de un neoliberalismo al que nada le importa más allá de seguir concentrando la riqueza en cada vez menos manos. Todo tiene un precio en la subasta, lógicamente la mercancía humana también.

La UNE acaba de pactar las bases para un nuevo pacto sobre acogimiento de personas refugiadas y migrantes que permite a cada país firmante saltarse sus obligaciones de asilo pagando 20.000 euros por cada ser humano rechazado. El pago de dinero de las personas más ricas y pudientes de siglos atrás para que sus hijos se libraran de participar en las guerras a cambio de que fueran a la carnicería militar los hijos de las familias con menos recursos recuperado en pleno siglo XXI. Es infame que eso forme parte de la agenda de la UNE, donde se supone que aún se resguardan los fundamentos de un sistema político, económico y social asentado sobre los valores democráticos y los derechos humanos. Otro ejemplo de que la UNE ya no es eso que sus dirigentes y aparatos de propaganda siguen intentando decir que es. Solo que ahora ni siquiera se molestan en mentir. Las personas con un precio de 20.000 euros en la subasta. Casi nadie en la misma Europa cree ya que su sistema político siga apegado honestamente a sus principios fundacionales.

En el resto del mundo, ya no es que no se lo crean, es que cada vez más están frontalmente en contra de Occidente tras décadas de abusos, falsedades, golpes de estado, asesinatos, guerras inducidas, saqueo de los recursos naturales y explotación de sus seres humanos. Una realidad mostrada en miles de imágenes. Ha sido Occidente el que ha llevado de nuevo los mercados de esclavos a su plena actividad a países que han dejado de ser para no ser nada en manos de las grandes corporaciones y fondos de capital que los expolian. Y no hace falta ir tan lejos. Esta semana ha tenido que ser anulada una iniciativa del responsable de la Brigada de Inmigración y Fronteras de la Policía Nacional de Irún en la que incendiaba la caza de personas migrantes en la muga del río Bidasoa ofreciendo más días festivos por el número de arrestados. Una involución política e ideológica que se va construyendo desde la sustitución de los valores originarios por un individualismo egoísta que prioriza el qué hay de lo mío. Los principios de la redistribución, el humanismo y la justicia se cambian por el único objetivo de la acumulación de lo que sea, dinero, riqueza, tierras, cosechas, recursos naturales, poder, agua... O días festivos.

Coincidiendo con este indigno acuerdo en la UE fallecía en París Alain Touraine, sociólogo clave en el pensamiento occidental, europeísta y profundamente antiautoritario. Entre sus muchas reflexiones recientes, esta: “Nuestros países europeos se definen hoy por su actitud ante las personas migrantes”.