Contaba en este periódico la dueña en Barasoain de la última tienda de comestibles que le salía más barato comprar determinado producto en una gran superficie y luego ponerlo a la venta en su tienda que pagarle al mayorista lo que le pedía por él. Esto, que a mí me parece aberrante, supongo que está más que extendido y que pasará con más productos. La entrevista formaba parte de un estupendo reportaje con entrevistas a varios propietarios y propietarias de tiendas en pueblos, donde año tras año se van cerrando establecimientos, haciendo más difícil aún la vida en las pequeñas localidades, ya de por sí complicada por muchos aspectos.

Las tiendas, como los bares, las cafeterías, todo lo que sean servicios, son un atractivo indiscutible en los pueblos y no sé cómo pero el Gobierno de Navarra debería de habilitar políticas de discriminación positiva para que puedan competir un poco más con las grandes superficies que en los últimos años se han abierto en casi todas las cabeceras de comarca y en las localidades de tamaño medio y grande. Una tienda pequeña recibe los productos a precios más altos que una gran superficie y para sacarle un poco de beneficio tiene que subir el precio. Lo mismo que hace una gran superficie, solo que la gran superficie, al partir de precios más bajos pone precios más bajos.

En un contexto de precios altos, los clientes optan por ahorrarse unos euros yendo a la gran superficie, en un acto que a veces es justificado y que en otras ocasiones no tiene tanto sentido puesto que en ocasiones son ahorros mínimos que no compensan el daño que se le hace al comercio al lado de tu casa. En la medida de nuestras posibilidades, hay que comprar debajo de casa y más si estás en un pueblo. O al menos lo que se pueda cuando se pueda. Y el Gobierno apoyar eso. Porque vamos camino de ser un páramo con todos yendo como ovejas a 4 o 5 puntos de venta.