La afición de Osasuna volvió a ser, una vez más, el jugador número 12 que alentó al equipo en la ida de semifinales de Copa del Rey. Ya avisaba Arrasate en la previa de que los congregados a acudir al feudo rojillo iban a salir de titulares, y los fieles seguidores no fallaron a su cita. 23.026 titulares alineó el técnico de Berriatua junto con los once que se vistieron de corto.

A base de bocadillos, bebidas calientes en la previa, abrigados desde la cabeza hasta los pies, y luciendo con orgullo los colores de Osasuna, miles de aficionados se citaron en las horas previas a uno de los partidos más señalados en la historia reciente del club rojillo. Ya se palpaba en los aledaños de El Sadar que las adversas condiciones climatológicas marcaban una previsión de temperatura de 0 grados y una sensación térmica negativa, algo que no se notó en el interior del remozado estadio, puesto que el sonoro ambiente de la hinchada rojilla era el calor que necesitaban los jugadores. Ya desde el calentamiento se veía que era un partido diferente, que el aroma de las grandes noches de antaño se colaba entre los recovecos del Muro rojo y los más nostálgicos recordaban en sus cabezas las noches de manta y bocadillo.

El tifo de Graderío Sur en El Sadar ante el Athletic

El tifo de Graderío Sur en El Sadar ante el Athletic DIARIO DE NOTICIAS

Ya desde la llegada de los autobuses quedó claro que los rojillos jugaban en casa, y así lo hicieron saber sus aficionados. Los primeros cánticos llegaban desde los exteriores del feudo rojillo, y se fueron propagando hasta en el calentamiento. Con una sonora pitada se recibió al Athletic, intentando descentrarles lo máximo posible. La afición ya se había puesto su pertinente mono de trabajo desde el primer instante, y ese aroma a las grandes noches merodeaba en las gradas. El Sadar estaba siendo una olla a presión. Las gargantas comenzaban a entonar los primeros cánticos y una pancarta con el lema “Prohibido rendirse. Hacia la Copa todos juntos” se desplegaba en Graderío Sur mientras centenares de globos rojos y azules que daban más color si cabe a un Riau riau cantando a capela que precedió un sinfín de cánticos durante la primera mitad. El claro gol anulado por fuera de juego de Iñaki Williams dio el primer susto a los rojillos, así como los primeros cánticos de la hinchada rojiblanca, que rápidamente fueron contrarrestados desde Graderío Sur, acompañados por el resto del campo.

Más ambiente de El Sadar a las 20.00 horas

Más ambiente de El Sadar a las 20.00 horas Javier Elizalde

El clásico “que no son de Lezama, que son de Tajonar” tampoco faltó a la cita. A menos de cinco minutos para el descanso, la afición rojilla volvía a meterse de lleno en el partido, después de unos minutos de silencio, fruto de la tensión del partido. Unos pitos a Muniáin y a Berenguer precedieron el último aliento antes del descanso. “Cuando falten las fuerzas y flaqueen las piernas, animaremos desde la grada”, soltaba por megafonía el speaker del club, Edu Díaz, antes de que el balón echara a rodar. Y apenas habían transcurrido dos minutos cuando Abde batía a Agirrezabala y hacía estallar al público, subiendo varios grados la temperatura. La grada encimó a Gil Manzano al entender que Dani García debía haber visto cartulina por una acción similar a la de Budimir, que sí que fue amonestado.

23.000 almas celebran en El Sadar la victoria ante el Athletic CA Osasuna

Berenguer y Muniáin se llevaron su sonora pitada al ser sustituidos. Los primeros cánticos del medio millar de aficionados del Athletic en la segunda parte llegaron en los últimos veinte minutos, momento en el que los de Valverde dieron un paso adelante, mientras que la parroquia local reconocía el esfuerzo de los suyos al ser sustituidos. Mención especial para Abde, en la primera ocasión en la que El Sadar coreó su nombre. La grada alentó a los suyos en el peor momento de los de Arrasate en el partido. Defendían todos, jugadores y afición, Arrasate quemaba la última ventana dándole al equipo un tiempo muerto más que necesario. Equipo y afición empujaron hasta el final. Osasuna da el primer paso y su afición, también. El Sadar rugió como nunca despidiendo a los jugadores.

El ambiente

Los aledaños, repletos hora y media antes. Los primeros aficionados se acercaron a los aledaños de El Sadar dos horas antes del encuentro, donde comenzaron a entonar los primeros cánticos, a los que se unieron conforme llegaron el resto de aficionados.

El primer tifo en el nuevo Sadar. Desde Graderío Sur se desplegó el primer tifo en el nuevo Sadar bajo el lema, en euskera, Amore ematea ez da aukera, koparantz denok batera!‘ (Rendirse no es una opción, ¡todos juntos a por la Copa!). Al tifo acompañaron unos globos azules y rojos que invadieron el campo en los primeros compases de juego y que los propios futbolistas se fueron encargando de explotarlos.

Hombres con abrigos de colores. Más allá de los bocadillos, mantas, gorros, guantes y bufandas, todo un clásico en El Sadar en los partidos nocturnos, destacó la presencia de varios aficionados con abrigos blancos de colores que iluminaban la grada.

Muniáin y Berenguer, ‘señalados’. Además de los pitos al autobús del Athletic a su llegada a El Sadar, la afición rojilla, que volvió a incomodar a los jugadores de Ernesto Valverde cuando estos salieron a calentar, estuvieron encima de Iker Muniáin y Álex Berenguer en particular. El público apretaba al jugador de la Txantrea cuando éste recibía el balón, mientras que el extremo de Barañáin fue señalado cuando fue sustituido.

“Estoy muy contento”. El aficionado de Elda, Alberto Deltell ‘Beto’, que se hizo viral en redes sociales al mostrar su osasunismo, se quedó impresionado en su primera visita al remodazo estadio rojillo, que la calificó como “una obra de arte” y no pudo esconder su euforia después de presenciar la llegada de los jugadores.

la cifra