Ante Budimir continúa peleado con el gol. El delantero croata jugó ayer de inicio contra el Elche, pero no marcó, aunque durante cuatro largos minutos dispuso de un penalti a su favor que el árbitro, Pablo González Fuertes, del Comité asturiano, terminó anulando tras revisar la acción en el monitor a petición del responsable del VAR, Ignacio Iglesias Villanueva, del Comité gallego.

El colegiado sancionó como pena máxima en el minuto 15 de partido, todavía con empate sin goles en el marcador, un supuesto derribo de John Chetauya Nwankwo Donald, futbolista murciano del Ilicitano, el filial del Elche, sobre Budimir. El croata agarró la pelota y se marchó directo al punto de penalti para ejecutar el lanzamiento, pero tuvo que esperar porque al árbitro le empezaron a decir algo por el pinganillo.

Tras dos minutos de revisión en la sala VOR, el árbitro se marchó al monitor ubicado en el túnel de vestuarios, entre los banquillos de ambos equipos, para revisar la jugada. Y tras otros dos largos minutos, comprobó que no había existido contacto del defensor del Elche con el atacante de Osasuna. González Fuertes anuló la pena máxima que había pitado y Budimir se quedó sin la oportunidad de marcar su tercer gol de la temporada.

Fue una pena porque el delantero rojillo estaba más que preparado para disparar desde los once metros, ya que se perdió el gol que Pablo Ibáñez marcó el pasado martes en San Mamés y que clasificó a Osasuna para la final de Copa al encontrarse en el interior del vestuario practicando lanzamientos de penalti. La anécdota la reveló el director deportivo del club rojillo, Braulio Vázquez, en una entrevista en Onda Cero Navarra un día después del partido en Bilbao y le dio continuidad Jagoba Arrasate el pasado viernes en la sala de prensa de Tajonar, donde añadió que, como le dijo al croata que iba a salir en el minuto 119 con el único fin de participar en la tanda que luego evitó Pablo Ibáñez, se marchó al vestuario con uno de los preparadores físicos, Pablo Iriarte, para afinar su puntería.

No le hizo falta a Osasuna la tanda de penaltis en San Mamés, pero Budimir tenía ganas de ejecutar uno. Ayer tuvo la oportunidad durante cuatro minutos, pero le privaron de ella tras una revisión que hizo justicia y a la que sólo se le puede poner un pero: duró más de la cuenta.

El Post-it

Penalti a Nacho Vidal. El árbitro se corrigió a sí mismo revisando a instancias del responsable del VAR el penalti que había pitado sobre Budimir y anulándolo al comprobar que no había habido contacto, pero poco después, en el minuto 22 y todavía con empate sin goles en el marcador, pasó por alto otro por un empujón de Tete Morente a Nacho Vidal dentro del área del Elche del que el VAR no le avisó.