Iker Muñoz afronta su primera pretemporada al frente del primer equipo de Osasuna después de su irrupción en la plantilla en el tramo decisivo del pasado ejercicio para los rojillos, en el que se erigió como sustituto de plenas garantías para dosificar a un Lucas Torró indiscutible para Jagoba Arrasate y pilar fundamental que sustenta el esquema del equipo, y lo hace siendo uno más a las órdenes del preparador de Berriatua. El de Villafranca entra en los planes del técnico vizcaíno para la nueva campaña que apenas ha comenzado y, de esta manera, ahorra a la dirección deportiva del club la búsqueda de un jugador que pueda ejercer de alternativa al alicantino.

Que el centrocampista es uno más a las órdenes de Arrasate se reflejó en el comunicado que emitió el club en el primer día de entrenamientos, donde etiquetó como jugadores del filial a Adama Boiro y a Pablo Valencia, mientras que Iker Muñoz, como Jorge Herrando, figuraban en la lista como miembros del primer equipo. Su buen hacer en el Promesas el curso pasado le sirvió al técnico de Berriatua para tirar de sus servicios en la rotación de la plantilla, y, lejos de desentonar, sus actuaciones le han servido para ser uno más en esta preparación estival.

El debut del centrocampista de Villafranca en Valladolid, de 20 años y al que el club renovó recientemente hasta junio de 2025, vino propiciado por un cúmulo de circunstancias que incluyeron su excelente rendimiento en el Promesas, las bajas en el primer equipo (el duelo de Valladolid se lo perdieron por lesión Aimar Oroz, Nacho Vidal y Rubén Peña, y por sanción Abde) y los problemas físicos de Lucas Torró, jugador al que sustituyó el canterano en el minuto 70 del partido, precisamente. Iker Muñoz, jugador al que le siguió la pista el Athletic en 2021 –tres años después de su llegada a la entidad procedente de Oberena–, ya venía acaparando focos por sus actuaciones con el Promesas de Santi Castillejo. Antes de estrenarse con la primera plantilla, Muñoz había disputado una veintena de encuentros con el filial, con quien consiguió anotar un gol de bella factura, ante el Bilbao Athletic, en el triunfo rojillo en Tajonar.

En Pucela, el futbolista de Villafranca no se arrugó y demostró carácter, personalidad y calidad en la recta final de un choque en el que no desentonó, a pesar de que a Osasuna le tocó estar en ese periodo más sometido por eso de jugar a domicilio. Hasta final de temporada, el jugador participó en ocho encuentros, todos ellos correspondientes a la competición liguera, llegando a salir de titular en dos ocasiones: ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla, y ante la Real Sociedad en El Sadar.

Tajonar, la mejor apuesta

El hecho de que la dirección deportiva no esté peinando el mercado reside en que se entiende que Iker Muñoz es la mejor apuesta rojilla para ser el sustituto de Lucas Torró y se considera que la posición está bien cubierta con ambos jugadores, además de que en esa posición pueden ayudar Jon Moncayola o Pablo Ibáñez en un momento puntual de la competición.

Jagoba Arrasate ya se deshizo en elogios hacia el jugador antes de que debutara en Valladolid al destacar “a nivel táctico, que es un jugador muy inteligente, que tiene buena salida de balón. Y luego, pese a no ser un jugador tan alto, el juego aéreo lo domina muy bien porque tiene un gran timing”, proyectando en Iker Muñoz un jugador completo. El de Villafranca se ha ganado sobre el césped la oportunidad, premio también al trabajo que viene desempeñando en el Promesas Santi Castillejo en las últimas cinco temporadas.