Aunque Aimar Oroz y Nacho Vidal fueron los autores de los goles de la victoria de Osasuna contra el Valencia en Mestalla, gran parte del mérito del triunfo rojillo también hay que adjudicárselo a Sergio Herrera, pues con sus paradas sostuvo al equipo de Jagoba Arrasate cuando más apretaba el cuadro local. Y puede ser esa la explicación de la locura del cancerbero de Miranda de Ebro en la celebración tras el partido, dedicando los tres puntos con una efusividad fuera de lo común a la hinchada del conjunto navarro desplazada a la capital del Turia.

Ya antes de que el Valencia consiguiera el gol del empate en el minuto 80, Sergio Herrera había atajado con seguridad un centro envenenado de Fran Pérez (m. 59) y había desviado un peligroso disparo de Almeida desde la frontal (m. 71), cuyo rechace remató alto Hugo Duro, sin olvidar que en la primera partido había resuelto merced a su buena colocación un par de malas cesiones de David García y Arnaiz.

Tras encajar el tanto de la igualada, Herrera se lució a disparo de Guerra y exhibió reflejos para evitar que Thierry Correia aprovechara su despeje. También repelió un remate a bocajarro de Hugo Duro. Luego, el gol de Vidal elevó el valor de su actuación.