Estos partidos te dejan la duda irresoluble de saber si Osasuna hizo lo correcto desde el principio o debía haber arriesgado más. Si el duelo hubiera terminado en un ni para ti ni para mí –que es lo que parecía buscar Arrasate– escucharíamos hoy elogios al despliegue defensivo de los rojillos; pero la lectura final del marcador, del fulminante 1-0, empuja a preguntarse ¿para qué? El desarrollo del juego, lo que ocurrió después del gol de Vitor Roque y de la expulsión de Unai García, destapó otro partido, ese que durante una hora no se atrevió a jugar Osasuna, bien por motivos de seguridad, o de estrategia o por un complejo de inferioridad, que de todo hay.

Ese Barcelona tampoco era el del fútbol deslumbrante de otras temporadas, aunque los rojillos le dieron tratamiento de grande, quizá en un exceso de prudencia a pesar de la crisis por la que atraviesa. Con un jugador menos pero con el doble de codicia, Osasuna acabó metiendo en apuros a los azulgrana, que volvieron a exhibir la misma debilidad que les abocó a la goleada frente al Villarreal y a la dimisión en remoto de su entrenador.

Arrasate optó por recuperar del desguace el viejo ‘autobús de Maguregui’, símbolo del fútbol ultradefensivo de los años ochenta. Maguregui, por entonces entrenador del Racing de Santander, justificaba su maniobra con el argumento de que “nuestro único objetivo es sobrevivir en Primera”. La verdad es que, como demostraron después, Arrasate tiene futbolistas para sobrevivir, para defender, y también para salir al ataque y llevar el balón con planes de gol al área del rival.

Hay que acotar, sin embargo, que el muro de rojillos levantado para proteger a Aitor Fernández consintió tres o cuatro remates de cabeza a los que les faltó pericia y puntería para hacer daño. Ya digo que pese a la multitud de defensores y la presencia del espigado Herrando, Osasuna volvió a sufrir en los centros laterales más de lo que pueda dar a entender el corto resultado.

Sería simplista no pensar que el plan de Arrasate tenía una segunda parte. Pero la expulsión de Unai García llegó en el minuto que en la banda esperaban entrar en escena tres hombres de refresco. La segunda tarjeta amarilla que recibe el capitán no admite dudas, pero sí que es discutible la primera, una falta luego repetida por algún barcelonista y que no acarreó idéntica amonestación. Estamos en lo de siempre.

Si aprovechando la ventaja numérica el Barça hubiera hecho sangre con más goles, quizá ese comecome que mordisquea la cabeza del aficionado tras los partidos se hubiera esfumado en el tiempo que tardó en apagar el televisor. Pero con cuatro defensas, más velocidad en la circulación y menos prevenciones, Osasuna rozó el empate en sendos disparos de Raúl García de Haro y de Moncayola, escuchando las señales de final del partido en el área barcelonista, con Aitor Fernádez buscando el empate como un delantero más y echando de menos un pie que empujara el balón en el segundo palo en la última imagen del partido. Ahí acabó el empeño de Osasuna por arañar un punto olímpico, a más de cien metros de la portería que trató de salvaguardar sin éxito y después de bajarse del autobús.

El confidencial

¿Un candidato de Osasuna a la FNF?

Hay movimientos en el fútbol navarro para montar una candidatura alternativa a Del Amo en la Federación. Los promotores quieren contar con el apoyo de Osasuna y ha sonado el nombre de Pedro Arozarena, actual delegado de campo del equipo rojillo, como posible cabeza de lista. El último candidato de Osasuna, Virto, perdió ante Del Amo.