Como ocurrió el curso pasado, Osasuna cayó en su visita liguera al Barcelona por la mínima (1-0) y terminando el partido con un futbolista menos. Pero existen diferencias entre uno y otro partido. La primera, de escenario, pues se jugó en el estadio Lluis Companys y no en el Camp Nou. La segunda, que el único gol del encuentro llegó con ambos equipos en igualdad numérica, no como la campaña pasada, cuando el Barcelona anotó mucho después de la roja directa a Jorge Herrando. Y la tercera, que Osasuna jugó mejor con 10 futbolistas que con 11, pues tras las expulsión de Unai García por doble amarilla en el minuto 67, cuatro después del gol con el que Vitor Roque adelantó al cuadro local, los rojillos dispusieron de sus mejores ocasiones para marcar, con una de Raúl García de Haro llevándose la palma.

Con un jugador menos sobre el césped y un tanto en contra, a Osasuna no le quedó otra que arriesgar. Adelantó líneas y en una presión alta robó el balón. Lo hizo David García lanzándose al suelo y adelantándose a Vitor Roque en una acción que el equipo culé reclamó como falta. La pelota acabó en los pies de Rubén García, que asistió a Raúl García de Haro para que se la jugara casi en un mano a mano con Iñaki Peña, aunque ligeramente escorado. El disparo cruzado del delantero rojillo se marchó ligeramente desviado. Tan ligeramente que eludió al portero del Barcelona y rozó el poste.

Todo esto ocurrió en el minuto 76 y uno después Moncayola se inventó un disparo desde la frontal del área tras un centro de Jesús Areso que obligó a Iñaki Peña a realizar una buena intervención para despejar el balón. La repetición demostró que fue un tiro duro, pero despejó las dudas que el efecto óptico generó en directo por televisión, ya que en primera instancia pareció que la pelota se iba a alojar dentro de la portería del Barça tras golpear en la mano del guardameta. Pero nada más lejos de la realidad.

Un remate alto de cabeza de Pablo Ibáñez en un córner y el saque de esquina con el que terminó el partido, con el equipo de Xavi encerrado en su área y Aitor Fernández sumándose al ataque en busca del gol del empate que no llegó. El que no pudo subir a rematar fue Unai García, que se llevó las dos únicas amarillas del partido: la primera, en el minuto 16 por una entrada a Lewandowski en el centro del campo, acción que luego repitió Araujo en la segunda parte sobre Raúl sin recibir castigo alguno; y la segunda, más clara, por agarrar a Vitor Roque en el minuto 67.