No habla mucho Budimir pero cada vez que comparece ante los medios deja alguna frase para el recuerdo. Tras dar la victoria contra la Real, el delantero reconoció que le “gusta el proceso” más que otra cosa. Y es una lección que debería de calar en el osasunismo y su entorno tanto como el famoso “somos contentos” que tanta gracia hizo en su día.

Y es que para un club de cantera como Osasuna, los procesos son fundamentales y a veces se olvida. Uno de los mejores del encuentro en el Reale fue Jorge Herrando. Si no el que mejor. El chaval no ha tenido muchos minutos pero cada vez que sale cumple y en Donosti le presentó a Arrasate su candidatura a titular. Su evolución es evidente, pero cuando debutó ya había gente juzgándole y casi dictando una sentencia para un chaval que, por recordar, tenía cuatro años la última vez que Osasuna ganó en Donosti. 

Herrando va para central serio y con un porte pocas veces visto. Pero no hay que tener prisa con él, aunque en el pasado se le pusieron demasiados focos encima cuando era un adolescente sin tener culpa alguna el chaval. Ahora va creciendo, madurando y cada vez se le ven menos las costuras.

Le pasó a Aimar, a Pablo, a Moncayola o al mismo David. Cada uno tiene sus procesos y muy pocos pueden crear impacto absoluto a las primeras de cambio en una categoría como la Primera división. Solamente hay que tener paciencia y disfrutar del proceso de ver cómo los jóvenes se ansientan y mejoran. 

Justo eso es lo que tuvo Osasuna. Los rojillos demostraron una capacidad competitiva casi inédita esta temporada y eso es una gran noticia para lo que queda de temporada y, sobre todo, para no sufrir lo más mínimo por la salvación (sí, está a 12 puntos ahora mismo, pero es lo que hay que amarrar antes que nada visto lo visto). 

Y también será más fácil si el hombre que disfruta del proceso, sigue haciéndolo. Budimir parece que vive una temporada idílica en la que todo le entra, pero es que más allá de eso, se curra cada balón aéreo, cada pelotazo a la espalda hasta que le llega algo medianamente bizcochable y la manda a la jaula. Confíen y disfruten del proceso, que lo dice Budimir.