Está claro que Iker Muñoz tiene su punto de enganche con el gol. El chaval –21 años–, que cumple su segunda temporada con el primer equipo de Osasuna, la primera desde el inicio con el grupo de profesionales, es el segundo máximo goleador del conjunto navarro. Circunstancia que otorga un plus a su condición de mediocentro, terreno en el que se valora mucho más la gestión y administración, pero posición en la que si encima se pilla gol se convierte el pelotero en lujo. 

Muñoz lleva anotados cuatro goles este curso, pero la interesante cuenta realizadora resulta todavía más llamativa si se sustenta en alguna estadística. Según los datos de la Liga, el centrocampista rojillo ha lanzado entre los tres palos en cinco oportunidades, con lo que su volumen de acierto es espectacular.

El futbolista de Villafranca, como corresponde a sus misiones en el campo, no es ni mucho menos el futbolista con más actividad de cara al marco contrario. Ante Budimir, el máximo realizador de Osasuna con 16 goles, figura en los puestos altos de rematadores de la Liga, es el sexto futbolista del campeonato que más remata. Por delante de él están futbolistas también con buenos registros en su cuenta de goles, como es el caso de Dovbyk o Lewandowski.

El segundo lugar de rematadores rojillos en la Liga es para Jose Arnaiz –el jugador 89 del campeonato en esta faceta– con nueve disparos entre los tres palos que han supuesto dos goles en su cuenta. Moi Gómez es el tercero con tres lanzamientos, dos goles. 

Iker Muñoz lleva 28 partidos con Osasuna en Primera –8 y 20– y uno más en la Supercopa. En septiembre del año pasado, amplió su contrato hasta el 30 de junio de 2027, estableciéndose entonces una cláusula de rescisión de doce millones de euros. Su renovación coincidió con la disputa de dos partidos con la selección sub-21, uno de clasificación para el Europeo y otro amistoso.