El edil de Geroa Bai Koldo Martinez acaba de ser operado de cáncer de próstata y ya está pensando en retomar su actividad en cuanto pase la última revisión. El tiempo de convalecencia le ha permitido disfrutar de placeres como la lectura, la música clásica o los paseos y también para reflexionar sobre asuntos en los que no había reparado hasta su enfermedad.

La primera pregunta es obligada y es conocer cómo se encuentra después de su reciente intervención.

La verdad es que me encuentro muy bien. Siempre había dicho, en tono jocoso, que era mejor tener un cáncer de próstata tratándose de un hombre, pero cuando te toca lo primero que piensas es que habría sido mejor no tenerlo. Ingresé el día 26 (de marzo) y me dieron de alta en el hospital el 28. La evolución posterior está siendo fantástica. Todo va muy bien si no fuera por la dichosa sonda que todavía tengo puesta y que espero que la quiten hoy.

¿Cómo está siendo la recuperación?

Muy bien y he estado comiendo como siempre. Nada me quita el apetito.

¿Qué tal paciente es?

Creo que bueno (se ríe), pero esto deberían decirlo otros. Creo que en el hospital me he portado bien y en casa me estoy portando bastante bien. Me están mimando lo suficiente.

"Me ha hecho pensar mucho sobre las pequeñas indignidades, como tener que mostrarte desnudo o que necesites de ayuda para limpiarte. Cuando se las hacía a otras personas parecía que no tenían importancia, pero sí son muy importantes"

¿Le ha resultado difícil este proceso?

No, en la medida que ya sabía que tenía ese cáncer ahí y como me habían estado haciendo un seguimiento desde hacía un año y pico me fiaba de lo que me decía el urólogo. Creo que esa es la actitud. Me puse en sus manos. Todas los pasos que hemos ido dando lo hemos hecho de acuerdo. Cuando me dijo que había que hacer algo más, que ya habíamos pasado de la vigilancia armada, por así decirlo, le dije a ver qué haría él en mi lugar y decidimos que lo mejor era operar. Por cierto, se llama Manolo Montesinos.

¿Ser médico ayuda o perjudica en estas situaciones?

A veces perjudica, porque en mi caso me hice bastante tarde la PSA (la sustancia que produce la próstata) y seguramente que si me hubiera hecho antes la prueba igual me lo habrían detectado antes. El ser médico no me ha ayudado, casi diría que ha sido lo contrario.

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¿Cómo ha pasado estas dos semanas de recuperación?

He aprovechado para leer mucha literatura, que tenía bastante abandonada y para escuchar música, sobre todo de Bach, que me fascina. También me ha servido para reflexionar sobre lo vulnerables que somos, la poca cosa que somos, cómo de repente necesitas una sonda para algo tan simple como mear. Me ha hecho pensar mucho sobre la dignidad y sobre las pequeñas indignidades, como tener que mostrarte desnudo ante determinadas personas o que necesites de ayuda para limpiarte. Cuando se las hacía a otras personas parecía que no tenían importancia, pero sí son muy importantes. Le he dado muchas vueltas, porque al fin y al cabo la suma de estas indignidades son las que hacen que una persona se sienta portadora de dignidad o no.

El cáncer no es fácil de vencer, pero el primer golpe ya está superado.

Sí y espero que siga así. De hecho no me quitaron ningún ganglio en la operación y confío en que no me tengan que dar ni radio ni quimio.

Seguro que habrá recibido muchos mensajes de ánimo.

Me sorprendió el aluvión de mensajes que recibí, palabras de cariño, de apoyo y solidaridad, también de personas con las que discrepo profundamente en el ámbito ideológico. Las ha sentido muy sinceras porque estoy convencido de que lo eran. Otra cosa será cuando regrese al trabajo este jueves (se ríe).

¿Tiene decidido volver tan pronto a la actividad municipal?

Sí. Lo que me pasa es que me encuentro muy bien porque superando estas pequeñas indignidades a las que he referencia estoy bien. ¿Por qué no voy a volver a trabajar? Ya sé que no es bueno, pero no pienso reincorporarme de golpe a todo. Será gradual y no estaré sentado muchas horas. Quiero volver al Ayuntamiento, estoy bien, aunque soy consciente de que tendré algún momento en el que me flaqueen las fuerzas. Esto lo sé como médico, no como paciente.

No hace falta que le recuerde que los Plenos de Pamplona duran una media de 4 horas.

Pues me tendré que levantar varias veces y caminaré por los pasillos mientras debaten encarnizadamente sobre materias que en la mayor parte de los casos, por desgracia, tienen muy poca relevancia para el bienestar de la ciudadanía. Cada día entiendo mejor porque la gente cada vez pasa más de la política.