Otano brilla en el Labrit

En el encuentro que abrió el festival, Uterga-Mitxeo superaron por 30-19 a Iturregi-Saldias.

Si hubo un nombre propio en el inicio y durante todo el partido ese fue Otano. El zaguero estuvo firme ante Ion y se lució con tres tantos seguidos a dos paredes. Un aviso de lo que estaba por venir. Matxin acompañó a las mil maravillas, aprovechando que jugó de cara casi todo el encuentro, y los azules se dispararon en el marcador (1-9). Una dejada fallida de Matxin III permitió respirar a los colorados, sobrepasados como nunca les había ocurrido en el torneo. Pero Otano volvió a las andadas, con un nuevo dos paredes. El 2-12 hablaba por sí solo.

El zaguero de Aoiz siguió imparable. Golpeaba con decisión e inteligencia y dejaba plasmada la confianza con la que estaba en la cancha en jugadas como la dejada del 3-14. El dos paredes se convirtió en su mejor aliado. Encontró el lugar en el que más daño hacer a Zeberio II-Ion, que solo sumaban tantos a raíz de fallos azules. Matxin III-Otano disfrutaron de una renta de 12 puntos de ventaja en el 5-17.

Otano, en plena acción en el partido de ayer. Iñaki Porto

Los líderes de la liguilla recortaron distancias, pero quedaba mucha tarea por delante y enfrente el azpeitia y el agoizko no iban a dejar escapar su destacada renta. El encuentro entró en una fase más igualada aunque Otano siguió haciendo de las suyas y Matxin mantuvo su línea.

Zeberio II-Ion, que en tres partidos de la liguilla habían exhibido ser una pareja sólida y muy regular, no se encontraron cómodos en ningún momento por el dominio que ejerció Otano. No hubo ni rastro de los líderes por culpa de una pareja que les desarboló por completo. A sus 49 años, el delantero de Elduaien no pudo ayudar en defensa ni atacar pelota en prácticamente todo el partido. Al zaguero azpeitiarra le superó el ímpetu de Otano.

La pareja azul no echó el freno. Solo basta echar un vistazo a las estadísticas para comprobar que su juego no tuvo altibajos. Matxin se apuntó doce tantos y cometió cinco errores, mientras que Otano realizó quince tantos y solo cuatro fallos. Números descomunales teniendo en cuenta que es zaguero en una final. El público vibró con el juego que desplegó.

El encargado de cerrar el partido fue Matxin III. Un dos paredes desde el cuadro siete frente al que nada pudieron hacer Zeberio I y Ion. El 24-35 supuso el colofón a un partidazo de los azules que se calaron así las txapelas del Torneo Casco Viejo de Pamplona.

Al término del partido, Otano comentó: “Teníamos pensado echar atrás y jugárnosla en los cuadros alegres y nos ha salido todo. No sé si había hecho tantos dos paredes en un partido... Jugar así, ante tanta gente da gusto”.