Laura Aznal (Ezkabarte, 1971) mira a la inminente investidura confesando su cansancio tras un verano “atípico, largo e intenso” y al mismo tiempo “muy ilusionada y con muchas expectativas puestas en el periodo que se va a abrir”. EH Bildu es la tercera fuerza parlamentaria en Navarra, y el 82,7% de su militancia acaba de avalar la abstención de sus 9 representantes para posibilitar la reelección de Chivite y la puesta en marcha del nuevo Gobierno de coalición. En 2019, 5 abstenciones más 2 votos negativos bastaron. Aznal reclama la urgencia de una nueva Ley foral de Salud, y de desarrollar la de Vivienda con el “paraguas jurídico” de la norma estatal , en la que no observa “invasión competencial”. Considera que “ya no hay más excusas para no intervenir” y “limitar por fin los precios de los alquileres”. En lo que respecta al euskera, piensa que “40 años después es hora de acabar con la zonificación”. 

¿En qué se va a diferenciar el rol de EH Bildu esta legislatura?

–Esta legislatura no puede ser igual que la pasada. Tiene que abrirse un punto de inflexión. intención es avanzar al máximo en nuestras prioridades, que pasan por ampliar derechos a la ciudadanía navarra, como los lingüísticos, en fortalecer los servicios públicos y el autogobierno. También tenemos frente a la emergencia climática una ley que hay que desarrollar con toda la ambición, porque este tema va a ser estrella. Vamos a ser exigentes, porque las personas han hablado el 28-M y el 23-J, y han dejado muy claro que no quieren que gobiernen las derechas, ni en Navarra ni en el Estado, y desean que Euskal Herria Bildu sea protagonista en este camino con más fuerza.

¿Qué garantías tienen de que esta vez se va a ir más lejos?

–El fruto de nuestro trabajo que se ha visto reflejado claramente en las urnas; todo el mundo sabe que somos la tercera fuerza política en el Parlamento y que sin Euskal Herria Bildu no hay manera de articular mayorías progresistas ni de avanzar en políticas de izquierdas y progresistas. Sin nosotros no se puede. No sirve alcanzar acuerdos puntuales con las derechas en función de los intereses de un partido u otro del Gobierno. Estas mayorías progresistas tienen que consolidarse definitivamente. 

¿La trabada negociación de Gobierno es un mal indicio?

–He asistido con mucha preocupación a todo lo acontecido estos dos últimos meses. La sociedad navarra dio un mandato muy claro, y ha estado sin respuesta a lo largo de demasiado tiempo. No se entiende. Más allá de los intereses partidistas, están las preocupaciones de la ciudadanía, que siguen siendo exactamente las mismas que antes de las elecciones. 

Había que pactar un acuerdo programático, la estructura de Gobierno y la correlación de fuerzas. 

–Sí, pero es incuestionable que hemos asistido a una guerra de poderes y cargos, y creo que el debate ideológico ha quedado en un segundo plano totalmente. ¿Qué ocurriría si nosotros hiciéramos lo mismo? Los problemas de la ciudadanía requieren de respuestas urgentes. Se ha perdido demasiado tiempo. Se habla mucho de desafección política, estas actitudes y comportamientos tienen mucho que ver con ello. Empezar así no me parece lo mejor, porque se ha evidenciado desconfianza y debilidad entre los grupos que conforman el Gobierno.

Reparte culpas...

–Sí claro, me refiero a todos y cada uno de ellos. Si hay que repartir culpas se reparten por igual. No puede ser poner por delante intereses partidistas o cortoplacistas. 

Pero han sido discusiones con efectos a 4 años vista. Había que construir bien un acuerdo.  

–Visto el acuerdo alcanzado y estudiado en profundidad, es muy genérico, y nada ambicioso respecto al de 2019. Creo que los contenidos no han sido el motivo de conflicto, ha sido más cuestión de reparto de poder. Eso es así, y la gente lo ve. Y desde luego no es esa nuestra forma de entender la política. 

“El acuerdo de gobierno no es nada ambicioso respecto al de 2019, pero estamos contentas de que se haya alcanzado”

¿Qué sensaciones les dejó la reunión donde los socios de Gobierno les trasladaron el acuerdo?

–La lectura que hacemos de esa reunión es positiva. Estamos contentas de que se haya alcanzado un acuerdo, aunque haya sido tarde. Y agradecimos que se nos convocara para hacernos partícipes de forma personal del contenido del acuerdo. Entendemos el desarrollo de esta reunión en un contexto de normalidad. Estos últimos 4 años hemos hablado mucho, y hemos alcanzado cuatro acuerdos presupuestarios. Sin nosotras no hay modo de hacer políticas progresistas y de izquierdas. 

Hubo una reunión inicial del PSN con ustedes. Me imagino que contaban con su abstención porque habrá habido un diálogo. ¿Con quién ha hablado este verano? 

–Tuvimos una primera reunión, que fue la primera toma de contacto, y después no hemos hablado nada más, ni hemos sido partícipes de ninguna negociación ni hemos influido para nada en este acuerdo alcanzado. 

¿Ni de forma informal?

–No hemos sido partícipes. No hemos negociado ni intervenido, y por eso no es nuestro acuerdo, y no nos sentimos vinculadas por él. 

En torno a la zonificación del euskera, el PSN se cierra en banda. Asunto en el ámbito de la discrepancia.

–Sí, exactamente, verlo ahí nos preocupa. Hablar de líneas rojas no ayuda a avanzar. El tiempo de los órdagos se ha acabado. Hay que hablar, acordar, negociar. Cada uno tenemos que intentar avanzar al máximo en nuestras prioridades, es el win, win.

Ahí el PSN tiene un miedo enorme a salir escaldado...

–Si queremos garantizar derechos a la ciudadanía, eso tiene que estar muy por encima de los intereses partidistas. Es tiempo de salir de determinadas posturas inmovilistas. En torno al euskera compartimos algunas prioridades con Geroa Bai. Nuestra oferta para trabajar sobre esa base es incuestionable. 

Vivienda pasa a ser responsabilidad de Contigo-Zurekin. ¿Ven el cambio con buenos ojos?

–Queremos pensar que se va a sacar todo el potencial que tiene Nafarroa para ser ambiciosos y garantizar la vivienda como un derecho a toda la ciudadanía, porque aún estamos muy lejos. Como está en manos del Gobierno y de los ayuntamientos, es una tarea que hay que abordar urgentemente y ponerse las pilas nada más empezar esta legislatura. 

Ofrecen 9 abstenciones, necesarias para que este Gobierno arranque. En un momento crítico de la negociación se abrieron al voto positivo.

–Cuando vimos que las negociaciones estaban encalladas, en un ejercicio de responsabilidad, por una cuestión de principios y de coherencia, salimos públicamente a decir que estábamos dispuestas a desbloquear. Creo que acertamos, porque parece que funcionó. Pero no hemos participado en las negociaciones ni en este acuerdo. Nuestra postura es dar paso a este Gobierno, porque nuestra prioridad es cerrar la puerta a las derechas. 

“La posición de EH Bildu no es cómoda, asumimos riesgos y afrontamos y gestionamos contradicciones internas”

¿Y no había alguna alternativa que no se contempló en Pamplona para haber cerrado el paso a Ibarrola?

–Lo que ocurre es que la gente habló claro, dijo que querían gobierno progresista alternativo a las derechas liderado por Joseba Asiron. Lo mismo que siempre hemos reconocido que la gente quiso que haya mayorías progresistas en el Parlamento lideradas por María Chivite, que representa la fuerza progresista más votada. 

Hay gente que piensa que la posición de EH Bildu es muy cómoda , porque empuja a favor sin el desgaste de gobernar. 

–No creo que sea una posición cómoda, es más, asumimos riesgos, afrontamos contradicciones internas, las gestionamos, nos fortalecen y seguimos hacia delante sin renunciar absolutamente a nada. Nuestro procedimiento interno de cara a consultar a las bases militantes habrá sido el más serio de todos los que se han llevado a cabo este verano, y se ha refrendado la lectura que la Mesa política hizo llegar a la militancia. Con un índice de participación de más del 60% en estas fechas y con tanta premura... estamos muy contentas. 

Comienza a liderar EH Bildu Nafarroa. Ya no es la candidata Aznal. 

–Motivación e ilusión desde luego no me faltan, y lo que siento es mucha responsabilidad, porque tenemos un compromiso claro con miles de personas. Somos una fuerza cada vez más arraigada, con más peso, y estoy convencida de que esta legislatura que se abre va a ser una oportunidad para Euskal Herria Bildu. Para mí es un honor ser la cara de este proyecto en el Parlamento de Navarra.