El Hospital San Juan de Dios y la asociaciónGoizargi celebrarán el próximo 29 de octubre la IX Jornada sobre el Duelo en Civican, que este año volverá a ser presencial tras el parón por la pandemia. En palabras de RakelMateo, directora y terapeuta de la asociación Goizargi, y Juan Pedro Arbizu, psicólogo clínico y responsable del Servicio de Psicología en San Juan de Dios, la jornada busca ser “una oportunidad comunitaria donde poder hablar del duelo y aportar un espacio de diálogo y encuentro que favorezca la sensibilización y la comprensión hacia la persona que vive un proceso de dolor”.

Las ponencias y mesas redondas que se celebrarán durante el encuentro tendrán como ejes el duelo sano y la salud mental, por lo que los organizadores animan a acudir a “cualquier persona afectada o con interés en este tema”. El título de la jornada será ¿Sabemos elaborar un duelo sano?, una pregunta a la que tratan de dar respuesta en esta entrevista.

Lo primero, ¿qué es tener un duelo sano? 

Juan Pedro Arbizu: Un duelo sano es aquel en el que la persona afectada tiene capacidad para expresar la emoción que supone la pérdida de un ser querido. Es aceptar la realidad de la pérdida, tener capacidad de expresar ese dolor, ir colocando a esa persona que ya no está en un lugar dentro de nosotros de una manera que también me permite avanzar. Un duelo sano es poder seguir disfrutando nuestra funcionalidad en la vida, seguir disfrutando de las cosas buenas de la vida, seguir trabajando, relacionándonos... Hay momentos de mucho dolor, de estar llorando pero a la media hora estar riendo. Debemos tratar de elaborar un duelo sano, que es tener esa capacidad de disfrutar de la vida a pesar del dolor.

Rakel Mateo: Se suele decir que el duelo es la respuesta humana, normal y natural a una pérdida. Pero a veces cuesta diferenciar qué es lo normal o natural. Me gusta más la palabra funcional y me parece que un duelo es funcional cuando tiene movimiento. Cuando la persona que se duele siente que van sucediendo cosas internamente, que a veces tiene que ver con sentirse más triste. Se trata de tener la capacidad de sentir, aunque sea para dolerse, porque cuando alguien está estático, pues ahí hay que estar alerta.

¿Cuándo hay que estar alerta? 

J.P.A.: Hay que tener en cuenta los factores de riesgo. Hay factores que pueden influir en la complicación de un duelo como son el tipo de muerte (imprevista, traumática o con un nivel de sufrimiento muy alto); el tipo de vínculo (una relación ambivalente de amor-odio o muy dependiente); y el perfil personal (su nivel de protección, su propia capacidad de afrontamiento, de pedir ayuda...). Entonces, si el tipo muerte es compleja en un tipo de relación complicada, con factores personales previos, se tienen todos los boletos para que pueda complicarse el duelo.

R.M.: Aunque parezca que se cumplan todo los factores para bien o para mal no quiere decir que sí o sí va a ser un duelo complicado o un duelo sencillo. Un claro factor de riesgo es el entorno de la persona. Somos una sociedad que tendemos a la autoprotección, por ejemplo, cuando ha sido una muerte trágica, pensamos que esa persona no lo va a superar o que no puede salir adelante sola. Tenemos que trabajarnos e incidir en la importancia que tenemos los que estamos alrededor de la persona que está en duelo.

Acompañar en el duelo no siempre es fácil, ¿existe una manera correcta de ayudar?

R.M.: En un duelo todo los que estamos alrededor impactamos en la persona que se duele. Me sale la palabra acompañar, pero debemos acompañar en lo que hay, no en lo que a mí me gustaría que hubiese. Hace falta un trabajo educativo muy importante en la sociedad, porque muchas veces acompañamos desde lo que yo considero que tú tienes que hacer.

J.P.A.: Mucha gente nos dice que no se siente acompañada. Vienen y te dicen: “La gente no comprende mi dolor, en cuanto empiezo a expresar mi dolor me cortan, no me dejan”. Pero la mayor parte de la gente sí que quiere apoyar pero el problema es que igual no sabe o le da miedo. Entonces no solo hace falta que entendamos el dolor, que eso lo podemos hacer todos, sino también que la persona sienta que lo entendemos.

La jornada se celebra tres días antes del día de Todos los Santos, ¿qué importancia tiene esta fecha para el duelo?

J.P.A.: A mí personalmente me encantan los rituales y cada vez estamos prescindiendo más de ellos. Los rituales con significado y con un sentido son muy ricos y tienen mucha fuerza. Entonces, en un día como en el de Todos los Santos pues es verdad que muchas cosas pueden ser muy superficiales, pero quizá lo importante no es eso sino qué sentimiento tenemos cuando vivimos esto. Cuando vivimos un ritual de despedida es un acto de mucho amor.

R.M.: Estoy de acuerdo en que los rituales son parte del proceso de duelo y más ahora que en pandemia no nos hemos podido juntar tanto. Pero cuando estás en un tanatorio y escuchas: “te acompaño en el sentimiento”, a mí siempre ha sido una frase que me ha chirriado un poco porque hemos hecho un muy mal uso de ella. Pero los rituales que tenemos cuando acompañamos en el dolor tienen una intencionalidad muy sana. Porque “te acompaño en le sentimiento”, cuando es real y no dicho de una manera como muy aprendida, tiene una fuerza muy potente.En el caso de Todos los Santos, darle espacio a nuestros muertos en un día es bonito. Está vinculado con el amor y con juntarnos alrededor de nuestros muertos. Esto es sano y bueno. Pero es como todo, lo hemos comercializado en exceso y entonces pierde fuerza. Pero en sí mismo es algo muy bonito.