El origen del proyecto Desensibilización sanitaria: más allá del aula, del centro Isterria de la Fundación Caja Navarra, está en que “había muchas experiencias de fracaso cuando nuestro alumnado acudía a una consulta”, ha señalado este martes el director del centro, José Andrés Burguete, quien ha indicado, al respecto, que para invertir la tendencia comenzaron a pensar cómo podían preparar al alumnado y a sus familias, así como formar a los profesionales para que fuesen atendidos mejor. 

De este modo, nació la iniciativa ahora reconocida con el tercer Premio a la Innovación Social. El presidente de la Fundación Caja Navarra, José Ángel Andrés, ha explicado que “hay muchas dificultades en las personas con discapacidad a la hora de acudir al médico. Tienen reticencias, miedo y una ansiedad superior incluso a la que tenemos todos”. Por ello, idearon un proyecto que fundamentalmente hiciese que “los propios niños y niñas vayan perdiendo ese miedo”. 

Para ello, en el ámbito educativo trabajan una serie de actividades de desensibilización. También han colaborado con la UPNA para “formar a los nuevos graduados de Ciencias de la Salud para que entiendan esta problemática y vayan conociendo cuáles son sus cualidades, sus características, para que puedan afrontar ese proceso terapéutico paciente-médico de una manera mucho más eficaz” y, en tercer lugar, aplican “un pasaporte sanitario, que es una tarjeta en la que vienen las características de la persona con discapacidad que va al médico. El profesional la estudia y así puede hacer ese abordaje con mucha más eficiencia”.

Ahora, tras constatar que para las familias la experiencia es “positiva” y que los profesionales creen que les puede ayudar, Burguete ha concluido que el reto está en que podamos colaborar con el sistema sanitario para “ver cómo esa información se puede volcar en la carpeta de salud”.