El currículum de la nueva directora del Instituto Navarro para la Igualdad (INAI), Patricia Abad, exconcejal de este ámbito en Ansoáin por I-E, dice que se licenció en Farmacia por la Universidad de Navarra en 1996, pero la vida le cambió a raíz de realizar una formación como Agente de Igualdad de oportunidades al año siguiente. “Fue entonces cuando empecé a ponerme las gafas moradas y empecé a analizar la realidad y las viviencias propias desde la perspectiva de género”. Fue el primer curso que se hizo, financiado por el Gobierno de Navarra, a través del Instituto de Formación y Estudios Sociales. “Fuimos las primeras personas en Navarra con esa formación. Luego me he dedicado a ser farmacéutica y siempre he estado en el ámbito feminista y de la acción social pero no he trabajado como técnica nunca. Ahora estoy al frente de esta tarea que encaja en mi trayectoria vital”.

¿Qué le atrae del nuevo cometido?

–Es un reto muy muy grande. Se trata de transformar la realidad en lo que nos afecta a nivel de desigualdad a todos los niveles, pero en concreto de mujeres frente a hombres. ¿Qué es lo que me atrae? Creo que en el ámbito local, que es donde más he trabajado, podemos hacer muchísimas cosas, pero es en el ámbito del gobierno foral donde se definen las líneas políticas de acción y donde más se puede transformar. Es un reto que no podía rechazar.

La violencia machista reporta datos récord en Navarra. ¿Qué análisis hace de lo que dice la estadística?

–Me gusta ser cautelosa con los datos del incremento de violencia. Depende de qué dato utilicemos pueden ser datos fríos que nos den una imagen o una sensación, pero si no conocemos la metodología con la que se ha obtenido ese dato o qué nos está midiendo ese dato realmente, podemos encontrarnos con dificultades. Sí que se constata un aumento de la denuncia. Eso no quiere denunciar que haya necesariamente un aumento de la violencia. En la violencia hay un factor de invisibilización. Los estudios dicen que estamos todavía atendiendo en violencia sexual un 20% y en violencia de pareja o expareja un 40%, y toda esa parte que no estamos atendiendo porque no está visibilizada porque no está denunciada, no la podemos medir. Soy cautelosa con esa valoración. Hay diferentes y nuevas formas de violencia como las violencias digitales, la pornografía relacionada... todo eso puede hacer que veamos nuevas formas de violencia. Es importante trasladar esto con el mensaje que trasladamos socialmente, a veces el dato solo vacío puede dar ideas que encajen con algunos discursos que alarmen de alguna manera e incrementen la sensación de inseguridad contra las mujeres. El avance en materia de violencia contra las mujeres es indudable y de hecho el aumento de denuncias significa que hay muchas más mujeres que identifican que están en situación de violencia y se ven respaldadas por el sistema para acceder a denunciar. Pero la denuncia no es para todas las mujeres, eso ya lo sabemos. Hay mujeres que no están en esa situación. Toda esa parte de debajo que es más difícil de explicar o hay que hacer más pedagogía me parece que tiene peso.

Pero todo hace indicar que ese incremento de denuncias supone que la cifra oculta, invisible, que menciona se haya atenuando...

–Yo creo que sin ninguna duda. La denuncia no es la única manera de medir la violencia, se podría ver cuantas atenciones hay en los Equipos de Atención Integral. Eso tiene que hacernos valorar qué tipo de violencia estamos viendo, edades de las víctimas, esos datos nos ilustran. No solo la denuncia es la cuestión principal.

¿Qué le diría a una mujer que se encuentra en una situación de espiral de violencia? ¿Le instaría a presentar denuncia?

–En ningún caso le diría a esa mujer que tiene que denunciar porque habrá que ver en cada mujer, en cada proceso vital, si tiene que denunciar, si no lo tiene que hacer... Lo que le diría a esa mujer es que acudiera a un recurso de atención especializada, habla con cualquier recurso cercano público que tengas, y acércate porque te vamos a apoyar, a acompañar y a asesorar de la manera más adecuada para salir de esa violencia. Soy muy clara con esto: la denuncia no es una medida para todas las mujeres en el mismo momento. No lo es siempre. La denuncia puede ser el momento de mayor riesgo para muchas víctimas porque expone una situación, corta un proceso de control y sabemos que es un momento de enorme riesgo. A algunas mujeres le vamos a asesorar y les vamos a acompañar en que la denuncia no es el primer paso que tienen que hacer, a veces hay que recuperar a esas mujeres a nivel psicológico, ayudarlas a empoderarse mínimamente, dotarlas de las ayudas que necesitan y si llega el momento de la denuncia, tendrá que llegar.