Avanzar en derechos siempre es una buena noticia. Y poder cotizar por los periodos de prácticas, aunque no sean retribuidas, para que computen como tiempo trabajado a efectos de la pensión es, sin duda, un paso adelante para los más jóvenes. Así lo ven Rubén, Garazi y Erica, tres estudiantes de la Universidad Pública de Navarra que en los próximos meses tienen previsto realizar prácticas que, lamentan, no serán remuneradas. De hecho, en su opinión, la desaparición de las prácticas no retribuidas es el verdadero reto. “
Para Rubén Asier Palma Pérez, estudiante de Relaciones Laborales y Recursos Humanos en la UPNA, esta medida inicia un cambio de percepción necesario. “No somos alumnos haciendo un trabajo práctico en una empresa somos trabajadores en formación, pero trabajadores al fin y al cabo”, asegura Palma y añade “si consideramos que cotizar a la Seguridad Social es un reconocimiento al esfuerzo del ciudadano por colaborar con la sociedad mediante su trabajo no tiene sentido que se ningunee al estudiante en prácticas”.
“Somos trabajadores en formacion, pero trabajadores al fin y al cabo”
Este joven, de 20 años, tiene prácticas programadas para el curso que viene aunque le gustaría trabajar en verano en el sector de los Recursos Humanos. “Es cierto que la empresa tiene una labor formativa que no tiene con el resto de trabajadores, pero es igual de cierto que el estudiante invierte tiempo y esfuerzo que luego beneficia a la empresa”, remarca Palma, que hasta ahora no tiene experiencia laboral.
La decisión de cotizar por prácticas no retribuidas ha tenido una buena acogida entre la población universitaria. “Las prácticas son un requisito obligatorio y, en cierta forma, nos sentíamos chantajeados, ya que como debíamos hacerlas para lograr el título esto generaba una relación desigual entre empleado y empleador. Reconocer la vulnerabilidad de esa relación obligando a cotizar es un paso”. Ahora bien, a su juicio, se debería abordar la prohibición de las prácticas no retribuidas o relegarlas a situaciones muy excepcionales. “Es ambicioso y podría generar problemas de oferta de prácticas, pero el trabajo es trabajo y hay que remunerarlo”, afirma.
Una opinión similar tiene Garazi Aizkorbe, graduada en Derecho y que actualmente cursa el Máster de Acceso a la Abogacía en la UPNA. “Es un avance importante porque muchos estudiantes hacen prácticas que, en muchos casos, cubren puestos de trabajo que serían necesarios de no estar ellos”, asegura Aizkorbe, que añade que aunque “estamos recibiendo una formación, ya pagamos una matrícula y por tanto es injusto que, en muchas ocasiones, esas propias prácticas suponen un desembolso extra para el estudiantado. Esto no debería ocurrir”.
“Cuanto antes coticemos más ayudaremos a sostener el sistema de pensiones”
Esta joven de 25 años lleva desde los 18 compatibilizando estudios y trabajo por lo que ya sabe qué es cotizar. También tiene experiencia en prácticas no remuneradas, las que hizo cuando estudiaba Derecho y las que hará ahora con el máster en diferentes servicios jurídicos y, a partir de septiembre, en despachos. “La edad de jubilación se situará en los 67 año en 2027; es importante no perder ni un minuto en empezar a cotizar”, asegura esta joven que añade que “cuanto antes coticemos más ayudaremos a sostener el sistema de pensiones”.
En su opinión, la medida es un paso para conseguir el objetivo final: que todas las prácticas sean remuneradas. “También debería asegurarse la calidad a través de un sistema que compruebe que dicho estudiante está siendo efectivamente tutorizado y asegurar que no está cubriendo un puesto de trabajo de la empresa”, remarca Aizkorbe.
Para Erica Chiriac, de 24 años y estudiante de Trabajo Social, la medida se queda corta. “Ya que se va a cotizar por las prácticas no tiene sentido que no sean remuneradas”, asevera esta joven que hizo prácticas no remuneradas el año pasado en Cruz Roja y dentro de un mes hará prácticas en Anfas Sangüesa. De nuevo sin cobrar, pero al menos sí podrá cotizar por esa dedicación (algo que ya ha hecho con trabajos de verano).
“Muchos estudiantes dejan sus trabajos para hacer prácticas; todas deben remunerarse”
Esta joven asegura que la principal queja de sus compañeros es la existencia de prácticas no retribuidas. “Queremos prácticas pagadas. Aunque sea que se habilite un proceso de prueba para el estudio y adaptación al puesto, y en cuanto el estudiante gane más autonomía, que se le pueda pagar. Valoramos muchísimo el aprendizaje, y sabemos que en muchas ocasiones somos un riesgo para la empresa o institución, ya que aún no somos profesionales. Pero sería un extra de motivación; muchos estudiantes dejan sus trabajos para poder hacer las prácticas”
