El sueño de todo niño o niña en algún momento de su infancia siempre ha sido el de convertirse en un superhéroe o superheroína para luchar contra el mal, un logro que alcanzaron los 170 alumnos que el jueves se enfundaron en un antifaz naranja con el objetivo de combatir los discursos de odio. “Podemos ser los superhérores de otras personas y defender lo que queremos”, recordó uno de los alumnos. El alumnado de los colegios Jesuitinas de Pamplona, La Presentación FESD de Villava, el Centro Integrado Carlos III y los colegios de educación especial Isterria y El Molino fueron los protagonistas del acto central de este año en la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), organizado por la Campaña Mundial por la Educación (CME).
Bajo el lema de esta edición, Transforma-T para (con)vivir, el director general de Educación del Gobierno de Navarra, Gil Sevillano, remarcó que el objetivo de jornadas como esta es “trabajar los discursos de odio, la aceptación de las diferencias y la resolución de conflictos a través de la educación”. Con Sevillano coincidió Elba Zapata, miembro de la CME en Navarra y técnica de Madre Coraje, quien recordó que “la educación transformadora es la llave para promover y construir sociedades inclusivas a través de la tolerancia y la aceptación de las diferencias y diversidades que nos enriquecen y hacen que nuestras sociedades sean más democráticas y garanticen más derechos”.
Unos discursos de odio que, María Boulandier, miembro de la CME en Navarra y técnica de Fundación Fabre, lucha por “transformar” con CME mediante “una mirada crítica y global que además de encontrar sus causas nos muestre sus consecuencias” para las personas y la sociedad.
Por su parte, Iñigo Gómez, director del Área de Cultura, Fiestas, Educación y Deporte del Ayuntamiento de Pamplona alertó acerca del aumento de los discursos de odio en todas sus formas, “por eso son vitales acciones educativas para deshacer este tipo de discursos que lamentablemente se repiten continuamente”. Asimismo, Rocío Ibáñez, directora del Servicio Ayllu de Convivencia Intercultural y Lucha Contra el Racismo y la Xenofobia recordó que la “educación también es un superpoder, es lo que nos va a posibilitar una sociedad y una convivencia mejor”.
Derribar el odio
Los alumnos y alumnas construyeron un “muro de odio” con todos esos discursos que durante el curso trabajaron en el aula a través de representaciones teatrales, debates, análisis de cómics o disfrutando de cortos como el de Cuerdas. Asimismo, en los colegios decoraron esas máscaras naranjas que representan los superhérores y superheroínas que cada uno lleva dentro. “Las palabras amables y la empatía son nuestros nuevos superpoderes”, anunció una alumna.
Una vez que el muro estuvo lleno de odio, el alumnado fue el encargado de derribarlo para construir uno nuevo, esta vez cargado de empatía y respeto.
