Once personas han sido detenidas por agentes de la Jefatura Superior de Policía de Navarra acusadas de favorecer la inmigración ilegal, falsedad documental y pertenencia a organización criminal, operación con la que se da por desarticulado el enramado delictivo.

La "Operación charco", dirigida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Pamplona, ha permitido desmontar una red dedicada a realización de contratos falsos de trabajo y otras falsedades documentales, y a la regularización fraudulenta de personas de nacionalidad marroquí.

Los investigadores comprobaron la existencia de múltiples solicitudes de permisos de trabajo y otros documentos relacionados que tenían un nexo en común en una empresa, cuyo administrador mercantil negó cualquier tipo de vinculación con los contratos y dio los policías varías razones ambiguas de por qué su empresa salía como contratante de esos extranjeros.

Siguiendo otras pruebas, la Policía consiguió esclarecer múltiples contratos falsos que aparecían en las peticiones recogidas en las oficinas de extranjería y comprobar cómo dicho empresario había creado una "verdadera red que contaba con varias empresas para dar cobertura a su actividad criminal, utilizando a compatriotas marroquíes para contactar con personas en situación administrativa irregular ofreciéndoles solucionar este problema".

Para ello, la organización solicitaba cantidades de entre 10.000 y 12.000 euros y era habitual la petición de un anticipo de entre 2.000 y 5.0000 en el acto de entrega del primer precontrato de trabajo.

Con estos contratos fraudulentos los extranjeros iban a abogados especializados, sin vinculación con la red, para iniciar los trámites pertinentes y si con el precontrato no se conseguía la solicitud de residencia y trabajo, se le entregaba un segundo para que lo presentara en otra provincia y así evitar sospechas por parte de los funcionarios de las oficinas de extranjería.