Bilbao. Un total de 30 detenidos, diez de ellos quedaron anoche en libertad, unos 650 contenedores de basura volcados, 57 de ellos quemados, cinco coches destruidos por el fuego y otros 50 con daños es el balance de los incidentes originados la noche del viernes en Bilbao por el desalojo del gaztetxe Kukutxa. Además, fueron atacadas dos sedes sociales del PNV, en los barrios de Rekalde y Casco Viejo.
Tras la ajetreada noche, la junta de portavoces del Ayuntamiento de Bilbao, con la excepción de Bildu, acordó en sesión extraordinaria condenar estos "actos violentos" que se han extendido por Bilbao "de forma indiscriminada y organizada". Además mostró su apoyo a las personas y organizaciones que "atacadas".
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, defendió la actuación de la Ertzaintza, que, según dijo, "ha cumplido con su deber, ordenada por un juez". En referencia a estos mismos incidentes, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, criticó que en Bildu "tomen peso quienes, caracterizándose como antisistema, tiran por tierra" la convivencia en la sociedad vasca.
Por su parte, el portavoz de Bildu, Txema Azkuenaga, demandó la dimisión de Azkuna "por su responsabilidad en la nefasta gestión sobre Kukutza". El secretario general de EA y dirigente de Bildu, Pello Urizar, calificó los hechos como un "error y un fracaso de la política", aunque consideró que pudo darse "una respuesta equivocada a un sentimiento de frustración profundo". Urizar rechazó "mezclar" lo ocurrido con la kale borroka.