Muere un cazador de Arruazu de 26 años al rebotar un disparo en una batida en Huesca
Ander Gamboa Aizpún, que cazaba jabalí con otras 30 personas, fue alcanzado fortuitamente por un tiro de su hermano
pamplona - Un cazador navarro de 26 años, Ander Gamboa Aizpún, vecino de la localidad de Arruazu (Barranca), falleció ayer víctima de un disparo mientras participaba en una batida de jabalís en la sierra de Javierrelatre (Caldearenas-Huesca), muy cerca de Sabiñánigo. Según las primeras hipótesis que tratará de esclarecer la investigación que dirige la Guardia Civil, Ander fue alcanzado por un disparo que efectuó su hermano pequeño, Joseba, de 24 años, desde un puesto cercano y que debió rebotar en algún lugar del paraje con la mala fortuna que después le impactó de lleno en el cuerpo. Todos los participantes en la batida, expertos cazadores, llevaban puesto chaleco protector.
DE LEITZA, LAKUNTZA Y BUÑUEL Ambos hermanos participaban en una batida con una cuadrilla de unas 30 personas procedentes de Leitza, Lakuntza, una familia de Buñuel y de Andoáin (Gipuzkoa) y eran habituales de la zona donde se produjo el accidente. La cuadrilla visitaba desde hace años dicha sierra y de hecho Ander llevaba acudiendo allí unos cinco o seis años. Se alojaban alquilados en una casa del municipio de Rasal, cerca del suceso.
Para el rescate del cadáver fue necesaria la intervención de la Unidad de Montaña de La Guardia Civil y de un helicóptero. El lugar del accidente es una zona escarpada y complicada, con un frondoso pinar al que se accede a pie y al final ha sido el helicóptero quien procedió al rescate del cuerpo, primero a la Escuela de Montaña de Jaca y, después, al Anatómico Forense de Jaca, donde se le practicará la autopsia. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaca ha abierto una investigación para esclarecer el suceso.
EXPERTO Y EL ALMA CON EL ACORDEÓN Los hermanos Gamboa habían llegado a la sierra oscense el viernes por la noche y llevaban más de dos horas de batida cuando ocurrió el desgraciado suceso. Ander era un chaval muy aficionado a la caza, la practicaba durante toda la temporada y además era muy setero y muy amigo del monte. En la cuadrilla destacan que “tenía muchísima afición, era experimentado y que siempre echaba una mano en todo lo que podía. Además, era uña y carne con su hermano, compartían coche, habitación, estaban siempre juntos y se llevaban muy bien, pero esto ha sido una auténtica desgracia. Nunca había ocurrido nada, ni siquiera un aviso de un incidente, y ahora va a ser muy difícil reponerse porque ellos eran los que animaban el grupo, estaban muy integrados y tiraban del resto para hacer cosas”, comentaron ayer los compañeros de caza de Ander. Además, el final de temporada de caza que solía festejar la grupeta con una sidrería, Ander solía amenizar la velada tocando el acordeón, otra de sus aficiones. La familia de Ander y Joseba es muy conocida en la Barranca, puesto que sus padres regentan una casa rural de Arruazu y también son familia de los dueños de La Posada. La conmoción en el lugar fue inmensa nada más conocerse la trágica noticia. De Ander, que tenía pareja y trabajaba en una fábrica de metal de Sakana como operario, recuerdan sus amigos su generosidad.
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