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Fallece el histórico dirigente socialista vasco 'Txiki' Benegas

Histórico referente del socialismo vasco y español, ‘guerrista’ de corazón y negociador nato que en 1986 vio frustrado su intento de ser lehendakari

Fallece el histórico dirigente socialista vasco 'Txiki' BenegasDEIA

Donostia - El socialismo vasco y español perdió ayer a uno de sus referentes históricos, José María Benegas (Caracas, Venezuela, 25-VIII-1948), para todos Txiki, guerrista de corazón, felipista de piel y a punto, en 1986, de erigirse en el primer lehendakari socialista, convirtiéndose en 2014, con la marcha de Alfonso Guerra, en el diputado más veterano del Congreso, con escaño en todas las legislaturas -salvo en la tercera- desde las Cortes Constituyentes.

Nacido en Caracas, donde su familia se exilió tras la Guerra Civil, reivindicaba ahora lo que en política se llama cocina, negociar compromisos que cuajan lentamente y en lugares discretos, porque de ello se empapó desde el famoso congreso de Suresnes, en 1974, en el Pacto de Madrid, en el de Ajuria Enea o con la reforma de los Estatutos de Autonomía. Con escolta desde los 29 años, ya que su asesinato se discutió en la Ejecutiva de ETA; poco antes de que Pedro Sánchez y Eduardo Madina se disputaran el liderazgo del PSOE, Benegas, que controló el aparato del partido de 1984 a 1994, además de abanderar el PSE entre 1977 y 1988, fue operado de un cáncer de pulmón que no ha podido superar tras una larga convalecencia.

Aquel noviembre de 1986 rozó el sillón de Lakua, 23 años antes que Patxi López, aprovechando la escisión nacionalista y merced a los resultados que depararon las urnas.

Los socialistas vascos aventajaron en dos escaños al PNV (19 a 17), aunque los jeltzales vencieron en votos, por delante de EA (13), Herri Batasuna (13), EE (9), AP (2) y CDS (1). Inició las negociaciones con Euskadiko Ezkerra y Eusko Alkartasuna con pretensión de conformar un Gobierno tripartito de amplia mayoría y el visto bueno de Felipe González, pero se empantanó en unas conversaciones frustradas porque el exlehendakari, Carlos Garaikoetxea, impuso dos exigencias que el PSE no estuvo dispuesto a asumir.

En primer lugar, el traspaso del régimen económico de la Seguridad Social y, por otro lado, la presidencia del futuro Ejecutivo porque Euskadi tenía una amplia mayoría nacionalista. Pasados tres meses de los comicios, preocupados los sectores sociales y económicos por la inestabilidad en un país convulso, con ETA muy activa, Benegas decidió tirar la toalla.

Acuerdo histórico En pocas semanas PNV y PSE rubricaron un pacto programático del que saldría como lehendakari José Antonio Ardanza, y como vicelehendakari, Ramón Jáuregui, renunciando Benegas a participar en ese Ejecutivo, una colaboración que se prolongó una década, hasta 1997.

“EE me llegó a plantear que fuera lehendakari Bandrés. ¿Cómo? -les decía-. Si vosotros tenéis 9 diputados, y nosotros 19. Me rebatían: Porque tú no sabes euskera”. “Joder, ni Bandrés tampoco”, evocaba en una reciente entrevista. “Luego quedaba el PNV, que me dijo que prefería ir a la oposición, antes de apoyar un lehendakari socialista. Repetir las elecciones era un fracaso, así que fuimos a una coalición”, recordaba.

Ingresó en el partido en Bizkaia a principios de 1971 merced a Enrique Múgica, que le avaló junto al histórico Ramón Rubial. “Múgica pasó la frontera en el maletero de un coche con agujeros para respirar, e incluso cruzó a nado el Bidasoa con Nicolás Redondo”, gustaba narrar Benegas, que intervino en el Pleno del Congreso por vez primera en octubre de 1977, cuando se aprobó la Ley de Amnistía, y a quien le correspondió defender el Título VIII de la Constitución frente a Manuel Fraga. “Un debate durísimo. Fraga había estado en Caracas y me había dicho que antes de que entrara una ikurriña en el País Vasco, había que pasar por encima de su cadáver, y se me ocurrió mencionárselo”, capítulo que relataba siempre.

De las negociaciones con ETA, el dirigente de la izquierda abertzale Iñaki Esnaola señaló que el socialista le había pedido que intermediara en 1982, y es que Benegas participó indirectamente en el intento de mediación en la etapa de Martín Villa, pero sin avances hasta la Mesa de Argel. “El problema es que no llegábamos a discutir nada del fondo, sino la metodología. Durante la etapa de Corcuera se adelantó, pero tuvo que dimitir por la patada en la puerta. Luego vino Toni Asunción, al que no le gustaba la vía, porque pensaba que era mejor la de las cárceles, y ya hasta Zapatero”, describía sobre su historia política en primera persona, defendiendo la apuesta de Juan José Ibarretxe por un nuevo estatus respecto a la de Artur Mas, porque el jeltzale “fue siempre respetuoso con la legalidad”.

De los siete políticos que firmaron el Pacto de Ajuria Enea solo Benegas se mantenía en primera línea. Aconteció tras el Pacto de Madrid. “Convocamos a Arzalluz a una comida con Felipe, Suárez y Roca, donde le dijimos que se iba a quedar fuera, y firmó”, solía argumentar.

Benegas, dichoso últimamente porque veía que con Sánchez “estamos recuperando algo del electorado que se marchó”, admitía siempre que fue “muy felipista” pero que cuando Guerra dejó el Gobierno el corazón se le quedó “partío”. El suyo dejó ayer de latir. Pero siempre permanecerá vivo en el alma socialista.- D.N.

En las elecciones generales de 1982 repitió escaño por Álava y fue nombrado presidente de la Comisión del Defensor del Pueblo.

En los comicios autonómicas de 1984 y 1986 concurrió como candidato del PSE-PSOE a lehendakari.

Durante el XXX Congreso del PSOE, celebrado en diciembre de 1984, fue nombrado secretario de Organización de la Ejecutiva Federal del partido, cargo para el que fue reelegido en los congresos celebrados en enero de 1988 y en noviembre de 1990.

Las generales de octubre de 1989 le dieron una vez más un escaño en el Congreso.

El 18 de abril de 1991 fueron interceptadas dos conversaciones telefónicas privadas que Benegas mantuvo desde su coche en las que hacía referencia a la situación interna del partido. El 25 de abril, la Cadena Ser emitió la conversación, tras lo cual el dirigente socialista denunció a la emisora. Las diligencias, sin embargo, fueron archivadas seis meses más tarde.

El 1 de abril de 1993, puso su cargo a disposición del partido al trascender unas informaciones respecto a una reunión celebrada en Las Navas del Marqués entre varios miembros del grupo socialista, y en la se habría solicitado a Felipe González que si se demostraba que Filesa sirvió para financiar el PSOE, Benegas dimitió. Su baja no fue aceptada y continuó como secretario de Organización.

En las elecciones generales del 6 de junio de 1993, renovó escaño por Vizcaya.

Durante la celebración del XXXIII Congreso del PSOE, el 20 de marzo de 1994, fue sustituido por Cipriá Ciscar al frente de la Secretaría de Organización y pasó a ocupar la nueva Secretaría de Relaciones Políticas e Institucionales.

En las generales de 2000, 2004 y 2011 volvió a renovar escaño por Vizcaya.

En el seno del Partido Socialista de Euskadi, Benegas ha desempeñado además el cargo de secretario general entre 1977 y 1988, y el de presidente desde ese año hasta 2002, en que fue sustituido por Jesús Eguiguren.

El 23 de junio de 2015, fue designado asimismo representante del Congreso, en el patronato de la Fundación-Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, impulsado por el Ministerio del Interior.

Ha publicado, entre otros, las siguientes obras: "Partido Socialista Obrero Español" (1977); "El principio de la esperanza" (1984); "Euskadi: sin paz nada es posible" (1984); "La razón socialista" (1990); "El Socialismo de lo pequeño" (1995); "Una propuesta de paz" (2000); "Diccionario de terrorismo" (2004) y "Ramón Rubial. Reflexiones" (2006).

Entre los escritos en los que ha participado figuran "Escritos sobre la tolerancia. Homenaje a Enrique Casas"; "Nuevos horizontes teóricos para el socialismo" y el "Nuevo compromiso europeo".

Era admirador de la soprano María Callas y seguidor de la Real Sociedad.