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Altsasu, ejemplo de solidaridad

Los vecinos de la localidad se volcaron con los afectados por la nevada, a los que facilitaron alojamiento y comida para pasar la noche y seguir el viaje

Altsasu, ejemplo de solidaridadFoto: Bomberos

ayer el nombre de Altsasu volvió a ser noticia, esta vez porque la nieve dejó atrapadas en la carretera a cerca de 1.400 personas por el cierre del puerto de Etzegarate, buena parte de las cuales fueron acogidas en un pueblo que se volcó con ellas, haciéndoles más llevadera una situación muy dura. Así, la imagen de un pueblo hostil que se trasladó hace unos meses en determinados medios de comunicación a raíz de una pelea de bar de madrugada, se desmontó una vez más con una gran ola de solidaridad, la de un pueblo que no dudó en salir a la calle para ayudar en todo lo que estaba en su mano.

Una vez más, las redes sociales fueron muy importantes a la hora de movilizar a la población. Lo cierto es que a medianoche se difundió a través del grupo Tú no eres de Alsasua, con más de 2.000 miembros, que había muchos vehículos atrapados en Etzegarate. La mayoría de las personas eran extranjeras, de origen portugués y del norte de África, en tránsito hacia Europa después de pasar las vacaciones de Navidad, y desconocían las alertas activadas ante la previsión de importantes nevadas.

Por WhatsApp también se informaba de que hacia el lugar acudieron personal del Servicio de Conservación de Carreteras y agentes de la Policía Foral y Guardia Civil, que trabajaron sin descanso para posibilitar la salida de los vehículos. Pero era misión imposible, por lo que bomberos del Gobierno de Navarra y voluntarios de Cruz Roja y DYA comenzaron a llevar mantas y agua a las personas mientras los quitanieves limpiaban la carretera para posibilitar el acceso a Altsasu, dónde se habilitaron alojamientos en el albergue Santo Cristo de Otadia, del Instituto Navarro de Deportes y Juventud así como en el polideportivo Zelandi, a lo que hubo que añadir el frontón Burunda.

Así, se realizaba un llamamiento a llevar mantas, leche, pan de molde, agua y vasos de plástico. También a ir a las ocho de la mañana para dar desayunos. Una vez más, la respuesta no se hizo esperar. Las sociedades gastronómicas colaboraron preparando caldos, tortillas y otros alimentos. Asimismo, Eroski abrió su supermercado de Altsasu para suministrar productos de primera necesidad.

Voluntarios También fue una noche muy larga para Juanjo Calvo, de DYA Sakana. “Nos avisaron de lo que pasaba desde DYA Gizpuzkoa. Fuimos a ver que pasaba y estaba todo colapsado” recordaba ayer. Así, pronto comenzaron a trabajar. “Nos avisaron de que había un coche con una mujer embarazada y una niña de dos años. Llevaban cinco horas en el coche, racionando el combustible porque no sabían lo que iba a pasar. Aquello me llegó muy adentro”, confesó Calvo.

Lo cierto es que hubo personas que estuvieron aún más tiempo, cerca de siete horas, muchos hambrientos, con frío y asustados. “Estaba todo oscuro y durante horas no pasó nadie. Cuando llegamos nosotros la gente se ponía muy contenta”, observó.

Asimismo, ponía en valor la solidaridad del pueblo de Altsasu. “La gente venía a ofrecerse para lo que fuera”, apuntó, al tiempo que destacaba que no se registró ningún percance reseñable. “Solo se trasladaron a dos personas al centro de salud. Aunque algunas personas parecía que tenía hipotermia, se recuperaron en seguida con la calefacción del albergue y el polideportivo”. DYA Sakana movilizó ayer a ocho voluntarios además de otros 20 de Pamplona. “Hicimos todo lo que pudimos y la gente se mostraba muy agradecida”, abundó Calvo.

Juanpe Higuero fue una de las muchas personas que se acercaron ayer al polideportivo Zelandi para echar una mano. También lo supo a través del grupo Tú no eres de Alsasua. “Allí estaban de la Cruz Roja, y les estuve ayudando a colocar las camas y repartir comida. Pero pasadas las tres avisaron al alcalde que venían más personas. Como allí no había sitio, se pensó en el frontón”, recordaba ayer. Así, para el Burunda que se fue, dónde también ayudó a colocar más camas y a calentar leche y café. Lo cierto es que no paró hasta ayer a las 10.00 horas, cuando una vez reabierto el tráfico en la A-1, las personas que pernoctaron allí pudieron reanudar su viaje después de una noche muy intensa. “La gente estaba muy agradecida”, destacó. “Una vez más en Altsasu hemos vuelto a demostrar que somos un pueblo solidario”.