Detectores de billetes falsos
En la Carpa un joven trató de encajarlos a mansalva y fue detectado. Los agentes de la Policía Foral especializados en estos delitos conocen las medidas de seguridad de los billetes como las líneas de sus manos. Llevan 5 casos este año.
El sentido del olfato lo tienen elevado exponencialmente al cubo. Solo así pueden evitar que les den gato por liebre. Aparte del rastrear el delito con la pericia que da la experiencia, la máquina de la verdad la tienen impregnada en su agudeza visual, en la fiabilidad del tacto de sus dedos e incluso en el oído más afilado. Ponen el billete al trasluz y observan si los pictogramas ocultos entrelazan perfectamente sus puntos, si la marca de agua está definida, si las bandas de color se alteran ópticamente al mover el billete. Lo toman de los extremos y perciben si el papel posee el relieve real (es la medida de seguridad para personas con discapacidad visual), si la calcografía y textura de los elementos del billete se distingue con las yemas y si al cartear el billete (cogiéndolo de ambos extremos y tirando alternativamente de él), suena bien metálico. Si todo lo anterior sucede, y muchas más cosas a la vista solo de la lupa de los expertos, el billete de euros que tengan entre las manos es real. Si algo de lo anterior no es así, les habrán encajado a buen seguro un billete falso. El pasado viernes, sin ir más lejos, un joven fue identificado, en este caso por la Policía Municipal de Pamplona, en el recinto de la Carpa universitaria al haber encajado billetes de 50, 20 y 10 euros en varias barras y al haberle incautado más billetes entre sus ropas.
Jokin Martin, jefe de la brigada de delitos económicos y contra el patrimonio de la Policía Foral, destaca que las operaciones por falsificación de moneda son intervenciones cada vez más residuales debido al mayor uso del dinero de plástico (tarjetas) o de las transacciones a través de Internet. Por cada millón de billetes en circulación, solo hay 30 falsos y la mayoría suelen ser de 20 y 50 euros. A mayor valor del billete, más medidas de seguridad contiene, como los de 100 y 200 euros que a partir de este año empezaron a estar protegidos por más elementos. El investigador resalta que existe una importante cifra oculta de estos delitos (muchas veces el perjudicado solo va al banco para que le certifiquen la falsedad del dinero y no lo denuncia), ya que en la mayoría de las ocasiones “no se puede asociar una persona concreta con la aparición de un billete falso, porque el receptor se da cuenta a posteriori, o porque los datos que se aportan para la identificación son muy vagos”. En lo que llevamos de año se han instruido diligencias en 5 ocasiones, cuatro relacionadas con el pago con billetes falsos en establecimientos comerciales y el otro por localizar dinero falso en un registro domiciliario en un tema de tráfico de drogas. En este último caso, los agentes decomisaron 1.260 euros que al ir a depositarlos en el banco fue donde se percataron de la ilicitud del dinero. Los agentes han visto asuntos de todos los colores. En fechas recientes interceptaron a un menor de 14 años (por su edad es inimputable) que había encajado billetes falsos a sabiendas para comprar videojuegos. Conocía el origen ilegal del dinero porque su propio padre, dueño de un establecimiento, guardaba aquellos billetes que detectaba falsos en un armario y se lo hizo saber al menor que aquello no se tocaba. Ya se sabe que no hay mejor manera que retar a un chaval a prohibiciones para que se las salte a la torera.
Incluso hay quien paga con billetes falsos en entregas de comida a domicilio, por ejemplo, que es una forma primitiva de ponerse en foco policial. “Pero aun así nos volvemos a encontrar con el problema que tiene este delito, a ver cómo demuestras que esa persona tiene conocimiento de que el billete con el que pagó era falso. Normalmente, te dicen, no hubiera encargado nada para mi casa para que me encontraran. Por eso, en estos casos, cuando se detiene a alguien es porque han tratado de encajar de manera continuada billetes falsos al por menor, que se le ha detectado en varios locales y que siempre usa billete grande para comprar pequeñas cosas”, explican desde la Policía Foral.
Mitxel, agente especializado en documentoscopia de la división de la Policía Científica de la Policía Foral, hace una demostración para ilustrar las fotografías de este reportaje de cómo detectar un billete falso. Él lleva desde 2005 especializado en la material. Recuerda que el primer caso que tuvo fue el de unos dólares alterados, precisamente el dólar es el billete más falsificado del mundo. “Y por eso las penas en EEUU por este delito son altísimas”, recuerda Mitxel, quien ha visto falsificaciones de todo tipo, pero destaca el alto nivel de perfección que alcanzan aquellos delincuentes de la Camorra italiana o las mafias que se sirven de imprentas de la antigua Unión Soviética. “No hay que olvidar que la mejor manera de destruir un país es haciéndose con su moneda. Y en la órbita exsoviética se hacen los mejores billetes y las falsificaciones de nivel más elevado”, detalla Mitxel, que expone que los agentes pueden analizar “hasta nueve medidas de seguridad del billete para comprobar si es alterado o no, pero normalmente existen dos o tres medidas que suelen confirmar ya la falsedad”. El investigador trata de arrojar luz a ojos profanos y asume que los establecimientos comerciales que cuentan con métodos de comprobación de billetes, como la luz ultravioleta o el rotulador que detecta el blanqueante del papel, son en su mayoría de plenas garantías. “Algún billete se puede colar. Pero en general esos aparatos son fiables”, asegura el experto de la Policía Foral, que trae a colación un caso en el que se dio el supuesto a la inversa. “Tuvimos un caso en Tudela en el que un ciudadano entregó un billete de 500 euros en una entidad bancaria y el propio banco se lo daba como malo. En ese tema realicé un informe favorable al ciudadano, porque el billete superaba todos los controles de seguridad y era válido, y ello fue confirmado por el Bibe, la brigada de investigación del Banco de España, que vino a confirmar la autenticidad. El hombre que portaba el billete lo tenía siempre en la cartera, arrugado, doblado, y eso puede hacer que el billete pierda ciertas cualidades. La calcografía estaba desgastada y el holograma despegado y eso fue lo que la máquina del banco no daba por bueno aunque lo fuera”.
Tampoco es conveniente que pruebe a fotocopiar o escanear un billete de euros en su casa. No lo va a conseguir. Lo impide otra de las medidas de seguridad de estos billetes, que hace que el mismo solo se fotocopie en su mitad y en la misma copia te remite a una página de seguridad en la que se advierte que está prohibida su producción y difusión.
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