donostia ? Un día después de la tragedia, Hernani continúa en shock. Sin apenas tiempo de recuperarse de lo ocurrido, el municipio trata de volver a la normalidad y el Ayuntamiento se afana por encontrar la mejor solución para que la carretera rural que cruza el barrio de Osinaga y da acceso a varias sagardotegis de la zona no vuelva a convertirse en una trampa mortal.

La tragedia sacudió el domingo la localidad, que se despertó con el operativo de búsqueda que durante toda la jornada se afanó por dar con el vehículo en el que viajaban las tres personas fallecidas en el fatal accidente. "Ha sido un palo", reconocía ayer a este periódico el alcalde de la localidad, Xabier Lertxundi. Como máximo responsable del Ayuntamiento, durante toda la jornada del domingo siguió de primera mano el operativo de rescate; ayer, sin embargo, tuvo un encuentro con los sidreros de la zona. Fue, según explicó, un "encuentro informal" y no una "reunión oficial", pero sí sirvió para intercambiar unas impresiones que la víspera ni tuvieron "tiempo" de hacer, ni procedía.

Aunque Lertxundi no quiso informar sobre los pormenores del encuentro que tuvo con los sidreros, sí aseguró que "la prioridad" del Ayuntamiento es ahora encontrar una solución para que este tipo de desgracias no se vuelvan a producir. La zona donde sucedió el accidente, conocida en Hernani como el puente de Loidi ?junto al caserío del mismo nombre?, dispone de una carretera muy estrecha donde los coches se ven obligados a orillarse si se encuentran de frente con otro vehículo para que ambos puedan pasar, y no es extraño encontrar un automóvil porque en este lugar se localizan varias sidrerías. Teniendo en cuenta que nos encontramos en plena temporada del txotx, el tráfico puede llegar a ser muy intenso.

Al parecer, los fallecidos habían disfrutado junto con varios amigos de una cena en la sidrería Iparragirre, a 700 metros del lugar del accidente. Al salir, cinco de ellos montaron en un Citroen Berlingo que, tomo este camino rural para regresar a la localidad. En su trayecto se cruzaran con un coche; debido a la estrechez del camino, se orillaron, con la mala fortuna que cayeron por la pequeña ladera que da al río, que en el momento de los hechos y debido a las intensas lluvias de los últimos días, presentaba un gran caudal y mucha corriente.

Dos de los ocupantes del vehículo, un hombre vecino de Donostia y otro de la localidad alavesa de Zuia, ambos de 59 años, pudieron salir del mismo, mientras que los tres restantes fueron rescatados muertos a las 16.45 horas a unos 300 metros del lugar donde se produjo el accidente.

El primer edil volvió ayer al lugar de los hechos junto con un concejal y varios técnicos del Ayuntamiento para analizar las posibles medidas de seguridad a adoptar. "No es fácil. El hecho de que sea un camino rural y que esté a la orilla del río dificulta mucho las posibles soluciones, pero tenemos algunas propuestas sobre la mesa y analizaremos cuál es técnicamente la más adecuada", señaló. Aunque prefirió no dar plazos, sí insistió en que se trata de una actuación "prioritaria" para el Gobierno local.

Lertxundi aprovechó para mostrar sus condolencias a los familiares y allegados de los fallecidos, así como para agradecer la labor de quienes participaron en el dispositivo de rescate. Subrayó, especialmente, el comportamiento "en todo momento respetuoso" que tuvieron las familias de las víctimas, al tiempo que agradeció a la familia de la casa Loidi, ubicada en el lugar donde se realizaron las labores de rescate, "el trato y la acogida que ofrecieron a quienes estuvieron trabajando allí sin parar durante horas".