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Aberri Eguna atípico

La presencia de banderas de Navarra, ikurriñas y cantos como el 'Txoria Txori' o 'Ikusi Mendizaleak' dieron animación y color a una jornada marcada por los efectos de la pandemia y el confinamiento

Aberri Eguna atípico

- La vida política y los sentimientos no se detienen del todo a pesar del confinamiento y del coronavirus. Entrada la primavera, el calendario sigue pasando las hojas. Ayer tocó Aberri Eguna, en una jornada absolutamente atípica donde se buscó adaptarse a las circunstancias y hacer de la necesidad virtud y Fue un Aberri Eguna marcado como no podía ser de otra forma por la vigencia de la epidemia, que obliga a la población a una pausa colectiva, asumida en aras de la salud pública, la lucha contra el virus y el instinto de supervivencia.

La presencia de banderas de Navarra e Ikurriñas dio pulso participativo a una jornada emblemática en la tradición vasquista, lo mismo que mañana martes, 14 de abril, es fecha referencial para otra de las tradiciones políticas navarras, con el recuerdo de la proclamación de la II República y la llamada a colocar la bandera republicana en tiempos de crisis monárquica. La pluralidad de Navarra va más allá de los símbolos oficiales y de los afanes excluyentes. A la derecha navarra aún se le hace bola esta pluralidad, o directamente se le indigesta. Son las paradojas del autodenominado constitucionalismo, que esgrime la Constitución a todas horas, pero olvida cuantos pasajes constitucionales no son de su agrado, como la diferenciación entre nacionalidades y regiones en su Título Preliminar.

Abril , escenario habitual de la celebración del Aberri Eguna es un mes de importantes efemérides políticas. El día 9 confluyen dos hechos singulares para la historia contemporánea vasquista y de izquierdas. La fecha condensa la recordada legalización del Partido Comunista, un 9 de abril de 1977, en pleno Sábado Santo. Pero también incorpora un hecho más olvidado, un 9 de abril de 1980, en plena semana de Pascua, en el que se conformó el primer Gobierno Vasco, presidido por el navarro Carlos Garaikoetxea.

Así que este Aberri Eguna se cruzaba casi en perpendicular con este aniversario redondo. En otras circunstancias, tal vez la efeméride hubiese tenido más recorrido, pero el presente tiene en estos momentos un un peso tan descomunal y lógico que el eco del aniversario fue tirando a escaso. Bien es cierto que la presentación de los consejeros de aquel Gobierno se desarrolló avanzado el mes de abril. Un Ejecutivo con la presencia de otro conocido navarro. El entonces jovencísimo Pedro Miguel Etxenike, que con solo 29 años, ocupó la consejería de Educación.

Han pasado cuarenta años desde entonces, y hoy el dibujo del país es muy diferente al de la Transición, por más que en la CAV siga gobernando el PNV. Asunto capital: la paz es un hecho, y por más que aún requiera un trabajo de convivencia y memoria ha aportado mucho aire fresco. La realidad sociológica e institucional vasca es la que es, multidentitaria y hetereogénea, si bien, se dibujan hegemonías muy estables. También hay rechazos viscerales que perduran pertinaces, como por ejemplo una acusada euskarafobia en determinados ámbitos en Navarra.

Euskal Herria es un espacio con profundas asimetrías culturales y políticas. Aunque la inercia democrática y la asunción de dicha pluralidad ha ganado enteros estos últimos años. Esa heterogeneidad se ha asentado en un amplio consenso en Hegoalde en un sistema público de bienestar y en niveles de autogobierno que hacen de ejes vertebradores. La centralidad en Navarra y en la CAV entronca con lo social, un singular punto de anclaje que ahora va a verse de nuevo sometido a los embates de una severa crisis económica.

En este contexto tan delicado y preocupante, marcado asimismo por el drama del número de fallecidos por el coronavirus, la visibilización del Aberri Eguna cobró ayer un perfil distinto y obligado por las circunstancias. La jornada se plasmó por medio de banderas, cantos en emisoras radiofónicas o desde los balcones, y por supuesto, en el espacio digital. Ente los detalles significativos, destacó el guiño del president de la Generalitat, Quim Torra, que colgó una ikurriña en la denominada Casa dels Canonges, residencia oficial del president de la Generalitat. “Deseo a todos los vascos y las vascas que muy pronto puedan cumplir sus anhelos de libertad. catalunya siempre con Euskadi”, escribió en sendos tuits en euskera y castellano el dirigente catalán. No fue el único político que dirigió un mensaje de complicidad desde Catalunya.

La conexión vasco catalana ha estado muy marcada este año en esa tradición de afinidades entre el vasquismo y el catalanismo, no exenta de desencuentros. El Aberri Eguna ha contado con la convocatoria de una nueva asociación, Euskal Herria Batera, formada por antiguos miembros de Gure Esku Dago, y apoyada, entre otros, por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, el histórico líder del Sinn Féin Gerry Adams y las asociaciones catalanas ANC y Ómnium Cultural.

Por lo que se refiere a la jornada en la Comunidad Autónoma Vasca, el lehendakari Iñigo Urkullu colgó una ikurriña en el balcón de su residencia privada antes de participar en una nueva sensión telemática con el resto de presidentes autonómicos y con el presidente Pedro Sánchez. Asimismo, el presidente del PNV Andoni Ortúzar, reclamó por medio de un vídeo que Euskadi disponga de “las mismas oportunidades y capacidades que las naciones de su entorno”. Mientras, Arnaldo Otegi, se dejaba ver en el balcón de su domicilio atendiendo también a la convocatoria de Euskal Herria Batera, y reclamaba en un vídeo una “república vasca de iguales”. También hizo acto de presencia desde su domicilio la candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi subrayando la condición plurinacional de Euskadi.

Y mientras todo esto sucedía en la CAV, en Navarra, el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, miembro de Geroa Bai y del PNV posaba con una ikurriña y una bandera de Navarra. Adolfo Araiz, de EH Bildu, hacía lo mismo desde el balcón de su domicilio. En el interior de su casa, la parlamentaria de EH Bildu Patricia Perales, posaba con una ikurriña y con una banderola reclamando el fin de la dispersión. Otros que se sumaron a la iniciativa de Euskal Herria Batera fueron la concejala Eva Aranguren, el alcalde de Estella, Koldo Leoz, el alcalde de Puente la Reina Gares, Oihan Mendo, la parlamentaria Bakartxo Ruiz, el parlamentario Maiorga Ramirez o la diputada Bel Pozueta, Por parte de Zabaltzen, asociación integrada en Geroa Bai, el senador Koldo Martínez, Ana Ansa, Jabi Arakama y Esther Cremaes publicaron una tribuna de opinión que este periódico publicó ayer domingo, titulada ‘Aberri Eguna 2020: cuando la patria es toda la sociedad’, apostando por un “patriotismo que sitúe en la centralidad la reconstrucción, las personas, lo común... en definitiva el futuro”.