Casi tres de cada diez euros de la aportación de Navarra al Estado se destinan a pagar los intereses de la deuda del propio Estado. Un desembolso que Navarra realiza a través del Convenio Económico, que ni es un privilegio, ni es opaco. Pese a que son estos algunos de los calificativos que acostumbran a mencionar -desde la ignorancia- políticos de diferentes siglas, pero con especial reiteración desde Ciudadanos, este instrumento es solidario con el resto de territorios del Estado y transparente.

Es solidario no solo porque Navarra paga al Estado por el 1,6% de las cargas generales no asumidas, pese a que su población representa el 1,39%, sino porque además participa de otros gastos que no le corresponden. Y es transparente hasta el punto de que, en la pasada legislatura, la Cámara de Comptos y el Gobierno foral se preocuparon por editar el libro titulado Convenio Económico Navarra-Estado. Origen, implicaciones y retos de futuro, que explica de manera pormenorizada los criterios que rigen la aportación.

547 millones en 2019 Una parte muy importante del presupuesto anual de Navarra se destina a la aportación económica que la Comunidad Foral debe hacer al Estado para contribuir al sostenimiento de las cargas que asume el Estado en todo el territorio, bien porque son de su exclusiva competencia o por servicios que Navarra no presta. Pero también para participar del pago de otras cargas que genera el Estado, como es su propia deuda pública, y que representa el principal pago de la Comunidad Foral, ya que absorbe el 28,7% del total de la aportación.

En el último ejercicio completo, el de 2019, de los 4.016 millones de presupuesto que tuvo la Comunidad Foral, 547 millones (el 13,6%) fueron para cumplir con este ineludible compromiso, que requiere de una minuciosa negociación técnica antes de llegar a un acuerdo entre ambas administraciones.

La aportación se fija a través de la comisión coordinadora del Convenio Económico y se establece para periodos de cinco años. La última renovación se firmó en diciembre de 2017 para el quinquenio 2014-19, por lo que ahora Navarra se encuentra en conversaciones con el Estado para actualizarla.

No debería haber problemas para ello. Al buen entendimiento entre dos gobiernos de la misma sigla, se une la metodología acordada hace tres años que hoy está vigente.

LOS CONCEPTOS DEL PAGO Para calcular la aportación de Navarra, además de las mencionadas cargas que asume el Estado, hay que tener en cuenta las compensaciones que recibe la Comunidad Foral por ingresos que centraliza el Estado pero de los que participa Navarra. El 88,6% tiene su origen por diferentes cobros de tasas, como los que genera por ejemplo la renovación del DNI, y el 11,4% proceden de impuestos indirectos que recauda el Estado principalmente en el tráfico exterior (aduanas).

Históricamente, cuando se habla de la aportación de Navarra se suelen mencionar pagos como los del ejército y la Casa Real, pero están muy lejos de ser los más importantes. El más costoso de todos ellos corresponde a los intereses de la deuda del Estado. Sólo el año pasado ese 28,7% supuso un desembolso de 152 millones de los 547 que abonó Navarra al Estado. Una cifra que crecería a niveles preocupantes si el Estado, además de pagar intereses de su deuda, decidiera amortizarla.

El segundo concepto que más peso económico tiene en la aportación de Navarra es el pago que se hace al Estado para que a su vez financie el presupuesto de la Unión Europea y que representa el 10,9% del total.

Además, hay tres cuestiones que, sumadas, significan el 23,7% de la aportación. Son las pensiones no contributivas (8,7%), donde se encuentran las de maternidad y de ayuda familiar; la asistencia al desempleo (7,5%), que al no financiarse solo con sus propias cotizaciones la completa el Estado a través de su presupuesto, lo que repercute en la aportación de Navarra; y las clases pasivas y el mutualismo del Estado (7,5%).

En definitiva, son tres conceptos relacionados con prestaciones económicas que ingresan personas de todo el Estado y que Navarra no recibe en ese 1,36% que representa su población al tener un desempleo inferior a la media, lo que incrementa su cuota de solidaridad.

Si a todo lo anterior, se añade que el 7% de la aportación de Navarra es para el Ministerio de Defensa, nos encontramos con los seis conceptos que, sobre un total de 24, acaparan el 71,6% del pago al Estado.

Muy por debajo de estos costes figuran, por ejemplo, la seguridad ciudadana (el 3,4%) o algunas infraestructuras que Navarra no tiene (como puertos o el TAV), pero por las que también contribuye (2,7%).

Por el contrario, financiar los gastos de la Casa Real o de las Cortes Generales solo suponen el 0,5% de la aportación anual al Estado.

1,6%

Navarra contribuye con el 1,6% al pago de las cargas generales por servicios que presta el Estado en la Comunidad Foral y por otras cargas como la deuda estatal, el presupuesto de la UE, etc. Navarra también recibe el 1,6% por las compensaciones de cobros que ingresa el Estado y que corresponde repartir con el resto de territorios. Pese a que la población navarra es el 1,36% del total y su renta relativa a través del PIB alcanza el 1,69%, desde 1990 -primera renovación del Convenio Económico- ese 1,6% sobre el que se calcula la aportación al Estado se ha mantenido fijo.

Cuota de solidaridad. Navarra paga un 0,24% más al Estado (esa es la diferencia entre el 1,6% que paga y el 1,36% que es su población) de lo que le correspondería pagar por su porcentaje de población. Es lo que se denomina como la cuota de solidaridad con el resto del Estado por ser un territorio con una riqueza superior a la media.