El jurado encargado de enjuiciar en San Sebastián el crimen de Elgoibar ha considerado este lunes culpable de asesinato al ciudadano nicaragüense que en 2019 mató a cuchilladas a un hombre y dejó malherida a la novia de este, ambos compatriotas suyos, tras una disputa en un bar.

Asimismo, los nueve miembros del jurado han declarado al procesado responsable de un delito de lesiones por los hechos cometidos contra la mujer sin apreciar las atenuantes de intoxicación etílica y de reparación del daño causado solicitadas por la Fiscalía y la defensa.

El crimen tuvo lugar la madrugada del 11 de mayo de 2019 cuando, horas después de mantener una discusión con el fallecido en un bar de la localidad, el procesado lo apuñaló en dos ocasiones cuando se despedía de su novia cerca del portal del edificio donde esta vivía. Antes de atacar al hombre, el inculpado asestó tres cuchilladas a la mujer, que quedó malherida.

Las cámaras de seguridad de distintos establecimientos de Elgoibar grabaron el presunto seguimiento al que el acusado sometió a sus víctimas en los momentos previos a la agresión.

En su posterior huida, el inculpado se sumó a los participantes en una prueba deportiva de marcha montañera, entre los que fue detenido por la Policía cuando se encontraba ya en el paraje de Karakate.

En su veredicto, dado a conocer esta noche de lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, el jurado ha considerado que el acusado actuó con alevosía, puesto que el fallecido tenía una elevada tasa de alcohol, se encontraba desarmado y fue atacado por la espalda.

Además no pudo ofrecer resistencia y no tuvo opción a defenderse, ha asegurado el jurado, que ha mantenido además que con su acción el procesado asumió que podría matar a su víctima o que ponía en serio peligro su vida.

De esta manera, el jurado ha apreciado que el encausado actuó con alevosía al intentar asegurarse de que lograría su objetivo acometiendo a sus víctimas sorpresivamente por la espalda y sin correr riesgo alguno para su propia integridad física.

Precisamente, la existencia de alevosía en el caso (como sostenían las acusaciones) o su ausencia (como mantenía la defensa en su empeño de que los hechos fueran considerados un homicidio y no un asesinato), centró el interés principal de las sesiones del juicio celebradas la semana pasada, después de que el acusado hubiera admitido ya su culpabilidad en la primera jornada de la vista oral.

Al final de las sesiones del juicio, el pasado viernes, el fiscal rebajó su petición inicial de 24 años para el acusado hasta los trece años y medio por un delito de asesinato y otro de lesiones agravadas con las atenuantes citadas.

La familia del fallecido reclamó veinte años de cárcel para el procesado, mientras que el abogado de la mujer acuchillada solicitó diez años de prisión por intento de asesinato a su clienta.

La defensa, por su parte, solicitó ocho años y medio, por un delito de homicidio y otro de lesiones con las atenuantes de intoxicación etílica y de reparación del daño causado.

Tras el veredicto de esta noche, se ha celebrado una vistilla en la que todas las partes han tenido que acomodar sus peticiones al fallo del jurado.

De esta manera, finalmente la Fiscalía y la defensa han pedido 17 años para el acusado, mientras que el abogado de la familia del fallecido ha demandado 20 años, y el de la mujer que fue acuchillada cinco.