En 1963, la familia Barberena creó la receta de un frito en un pequeño local de la calle San Nicolás, sin saber que años después sería uno de los más conocidos de la ciudad: el frito de huevo de la Vermutería Río. 35 años después, el negoció pasó del número 13 al 15 de la misma calle, y pasó a estar administrado por Roberto Irurzun y Roberto Recasens. Tiempo después se unió a la gestión Javier Preboste, que llevaba más de diez años siendo trabajador del lugar. A pesar del paso de los años y el cambió de titularidad, la filosofía de la vermutería sigue intacta desde su apertura. Desde entonces, ha sido lugar de paso obligado en la ciudad para turistas pero también para pamplonicas. Este éxito fue materializado el pasado octubre, cuando recibieron el Premio al Mejor Bar de Pintxos del XX Campeonato de Pintxos 18/70 Euskadi y Navarra.
“Estamos especializados en fritos”, explica Roberto Irurzun. El de huevo es su venta estrella con gran diferencia, que ya roza los dos millones vendidos, pero también tienen gran acogida el frito de pimiento y la croqueta de queso Idiazabal. Últimamente, también están notando un aumento en las ventas del tradicional pintxo de txistorra, que “se está volviendo a poner de moda”, señala Irurzun. Más allá de la gran variedad de pintxos y fritos, en el Río se puede disfrutar de ensaladas, raciones, bocatas y hamburguesas.
Claves del éxito
Una de las claves de su éxito, y lo que le distingue de las decenas de bares que tiene a su alrededor, es que ellos no tienen expuestos sus pintxos en la barra, porque que hacen todas sus elaboraciones al momento. De la misma manera, cuidan mucho la calidad de la materia prima que utilizan, y siempre se aseguran de que sean de proximidad.
A diferencia de los modernos pintxos que cada vez son más comunes, con ingredientes exóticos y largas elaboraciones, en el Río siguen apostando por la sencillez y la calidad, como lo hacían en sus inicios.
También destacan que no son un restaurante, sino un bar, donde la barra es el protagonista del lugar. Esto les permite tener la relación cercana con su público que tanto les caracteriza, y es que, para Roberto Irurzun “el servicio es lo más importante, creo que por eso hemos ganado el premio”.
A pesar del galardón, “no notamos más clientela”, asegura Roberto. No quiere parecer soberbio, pero están satisfechos con el público que tienen habitualmente, porque “viene mucha gente”. Es más, son conscientes de su éxito y muchas veces les abruma la cobertura que reciben, porque después de tantos años, tienen muchas amistades con los hosteleros de los locales de la zona que también creen que hacen un gran trabajo.
El concurso
Esta era la XX edición del campeonato, que tuvo lugar del 13 al 15 de octubre en el Auditorio Itsas Etxea de Hondarribia. Este año han participado 60 propuestas, que han sido juzgadas por 25 jurados profesionales en sus distintas fases. En total, se otorgaron diez galardones.