Los fondos buitre se están poniendo las botas en los juzgados en los coletazos finales de la pandemia. Este tipo de entidades de capital riesgo o de inversión libre, ubicadas por lo general en otros países, incluso en paraísos fiscales, se han convertido en los principales demandantes de deudas en los juzgados de Primera Instancia.

Adquieren paquetes de deuda millonaria a bancos y financieras de grandes centros comerciales y luego tratan, a través de un procedimiento judicial denominado monitorio, de reclamar la devolución de dicha deuda. Apenas hay un plazo de 20 días para responder y oponerse y, en caso de no hacerlo, se embargan bienes por la cantidad adeudada. Así contado, el proceso en principio pudiera parecer de lo más simple y eficaz.

Se trata de acreditar la existencia de dicha deuda a través de un contrato, un albarán o una factura. Sin embargo, tampoco esos litigios culminan siendo exprés. "Están pensados como procedimientos para agilizar el cobro de deudas porque, al pasar ese plazo de tiempo, si no pagas o no respondes, te ejecutan (embargan)", explica José Alonso, letrado de la Administración de Justicia del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Pamplona.

"Pero los problemas vienen cuando muchas veces el deudor no tiene ningún bien que pueda ser ejecutable", aclara Alonso, una casuística que era frecuente entre las reclamaciones de gastos comunes de las comunidades de vecinos y que ahora tienen un gran tirón entre estas entidades demandantes. Otro de los casos más típicos vinculados a los monitorios son aquellas facturas de trabajos relacionados por profesionales autónomos y que no han sido resarcidas.

En la mayoría de ocasiones el moroso no aparece, bien no tiene de dónde pagar o, en caso de que tuviera, consigue ocultarlo de la vista pública para que no se le pueda ejecutar. Así, las demandas por estos conceptos han crecido más d eun 42% respecto al año de la pandemia. Ahora, Navarra registró en los dos primeros trimestres de 2021 hasta 3.443 procedimientos monitorios para liquidar deudas. Solo entre abril y junio de este año fueron 1.930, una cifra que no era tan elevada desde el segundo trimestre de 2012. Se trata de más de 25 demandas diarias las que se recogen en los juzgados navarros cada día hábil.

EL BOOM DE ABRIL A JUNIO

En total, en el segundo trimestre de 2021 se incoaron 1.930 monitorios frente a los 1.355 registrados entre abril y junio de 2019 (1.206 en el mismo periodo de 2020). El endeudamiento comienza a asomar por las estanterías de los juzgados. Ahora, queda por ver, hasta qué punto se desborda la morosidad de la ciudadanía. La estadística antes mencionada hace retrotraerse hasta ocho años atrás para encontrar una cifras tan grandilocuentes de liquidaciones sin efectuar que pasan por el despacho de los jueces.