Después de casi un mes en paradero desconocido, el pequeño Hiru, un yorkshire terrier de 7 años, vuelve a estar con su familia en Urroz-Villa. Fue raptado a principios de mayo por una mujer, vecina de Villatuerta, que se lo llevó a 60 kilómetros de su hogar y le retiró el microchip de identificación. "Estaba asustadizo cuando lo recuperamos, pero poco a poco va siendo el de siempre", explica Ricardo Hernández, de 42 años, dueño del perro junto a Irantzu Senosiain.

Todo arrancó el 9 de mayo, cuando Hiru jugaba en el jardín de la vivienda de Urroz-Villa con Kai, otro yorkshire terrier. El padre de Ricardo fue el que se percató de que faltaba uno ellos. "Eran las 18.30 horas y lo buscamos por los alrededores. Nadie lo había visto. Era muy raro, porque Hiru nunca sale de la propiedad. Se corrió la voz por el pueblo y una vecina nos dijo que había visto a dos mujeres en la zona, en actitud sospechosa, y otro nos dio los datos del vehículo en el que se habían marchado".

DIFUSIÓN POR REDES SOCIALES

Los propietarios del animal interpusieron una denuncia por su desaparición ante la Guardia Civil y le dieron difusión a través de las redes sociales. "Todo el mundo se volcó. Nos llamó mucha gente", recuerda Ricardo. Entre las llamadas que atendió estaba la de "un policía foral de Estella que me preguntó si era cierto lo que había visto en Internet. Me dijo que sabía quiénes podían haberse llevado a Hiru".

El pasado viernes 3 de junio, Ricardo se dirigió a Estella-Lizarra para reunirse con el agente de la Policía Foral adscrito a la comisaría de la ciudad del Ega. "Me dijo que una patrulla había parado a las mujeres que podrían haberse llevado a Hiru y que iban con un perro. Me mandaron una fotografía y lo reconocí inmediatamente. Nos desplazamos al lugar donde estaba y me lo trajeron al coche. Estaba asustado, con la cabeza agachada, pero cuando me olió me reconoció rápidamente", cuenta con alegría en la voz Ricardo.

CORTE DE PELO Y SIN MICROCHIP

El yorkshire terrier estaba en posesión de una mujer, vecina de Villatuerta, que la Policía Foral identifica como miembro de un grupo organizado implicado en varios delitos (hurtos, estafas, allanamientos de morada, etc.). Le habían cortado el pelo en el lomo y la cabeza para dificultar su identificación. Además, como descubrieron sus dueños al llevarlo al veterinario, "le habían retirado el microchip".

"Según pasaban los días, íbamos perdiendo la esperanza de recuperarlo", admite Ricardo. "Estábamos convencidos de que Hiru no se había ido por sus propios medios, sino que se lo había llevado alguien, normalmente para venderlo, en el mejor de los casos. No hablé con la mujer, pero supongo que vio al perro, le gustó y lo cogió. Ahora Hiru está en casa de vuelta y, aunque al principio estaba asustadizo, va poco a poco siendo el de siempre", concluye.