La biomasa es un combustible de origen vegetal cuyo balance de emisiones por la combustión se considera neutro: el CO2 que emite durante la combustión es equivalente al absorbido por la madera que crece en los bosques de donde proceden. Por contra, el gasoil emite 70 kg de CO2 /GJ, y el Gas natural 58 kg de CO2 /GJ consumido (Fuente: Ministerio para la transición energética- Secretaría de Estado de energía). La biomasa presenta una mayor estabilidad de precios que los combustibles fósiles, dado que mejora la garantía de suministro por ser local además de disminuir los costes por suministro por las menores distancias de transporte necesarias.
La biomasa es un combustible presente en nuestros bosques. Actualmente, solo se consume aproximadamente el 40% de las posibilidades de producción de madera que crece, por lo que existe amplio margen de aprovechamiento, siempre dentro de los parámetros de una gestión forestal sostenible. Asimismo, la biomasa genera puestos de trabajo en el entorno rural (135 empleos directos frente a los 9 del petróleo o gas natural por cada 10.000 habitantes), crea tejido empresarial en el territorio, frena el despoblamiento, mejora el entorno, etc. Es una práctica de economía verde, circular y de búsqueda de nuevas oportunidades.
En primer lugar, citar los pellets, que proceden de la compactación del serrín y virutas secadas, siendo el de mejor calidad el que se produce de serrín de pino sin corteza, ni aglutinante natural. Los pellets tienen forma de cilindro y no disponen de aditivos, puesto que los mismos componentes de la madera hacen de unión. Su normativa de referencia es ENPLUS A1 y/o DINPlus. Otro tipo de biomasa son las astillas, pequeños trozos de madera procedentes de la primera o segunda transformación de la madera. Su normativa de referencia es el BIOMASUD A1. Dado que la máxima calidad del pellet se genera con serrín de pino (mínimas cenizas, combustión equilibrada, y su resina-lignina favorece el aglutinamiento natural por presión en la matriz), Naparpellet únicamente utiliza serrín de pino 100% sin corteza, de las empresas madereras de la zona, principalmente Navarra y País Vasco.
Para que las características de dicho serrín se mantengan óptimas se realiza un secado a baja temperatura (70-115ºC). De ese modo, cuando tiene que pasar por la prensa de peletizaje, sólo se utiliza la máxima presión para que se conforme el producto. Los fabricantes que utilizan secado a alta temperatura (Tromer a +/-350ºC), además de contar con el riesgo de que la molécula de resina-lignina se cristalice y luego no realice una correcta función de "pegado", suelen utilizar algún tipo de aglutinante natural como el almidón de maíz o derivados, que siempre suelen influir negativamente en el proceso de combustión y generación de cenizas.
Naparpellet supera en gran medida los requisitos marcados por las certificaciones más exigentes europeas, con una doble certificación en fabricación (ENplus A1 ES 010 y DINplus 7A251) y una certificación en distribución (ENplus A1 ES 306). Estos sellos, que certifican tanto su producción como su distribución, garantizan la llegada al cliente de un producto de máxima calidad. Cabe citar que Naparpellet fue el primer fabricante y distribuidor con certificación ENPlusA1 y DINPlus en ambas actividades de toda la península ibérica.
Además, Naparpellet está en proceso de certificación Biomasud A1 en fabricación y distribución de Astilla A1 de primera calidad. De esta manera, el producto desarrollado por Naparpellet es de máxima calidad y supera en gran medida los requisitos de los certificados de calidad más exigentes: Humedad media ? 6% (Norma <10%), Durabilidad media 99,0-99,6% (Norma >97,5- 98,00), Poder Calorífico neto 4,99-5,1 kwh/kg. (Norma >4,58kwh/kg), Porcentaje de Finos: 0,01% (norma<1%), Cenizas a 550ºC: 0,49 (norma ?0,7). Cenizas a 815ºC: 0,33 La largura media del pellet es de 12-30mm para minimizar el riesgo de rotura, evitar atascos y la generación de finos.
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