La Formación Profesional se plantea varios retos para seguir avanzando hacia una enseñanza de calidad y ade-cuada a la demanda de empleo. En primer lugar, desde el departamento de Educación se está haciendo “un gran esfuerzo” para que los jóvenes finalicen sus estudios de grado, ya que existe un porcentaje medio que abandona sus estudios atraído por las ofertas de empleo. “La demanda de perfiles técnicos en las empresas es tal, que muchas de ellas ofrecen un puesto de trabajo a chavales de primer año. Estos, atraídos en gran parte por la parte salarial, se incorporan a la empresa tras realizar sus prácticas”. Por su parte, Alberto Amescoa añadió que “ya se está trabajando con los CFT para que esperen a los alumno y alumnas cuando se gradúen porque si no nos encontramos con jóvenes que, en el algún momento de su trayectoria profesional deciden volver a emprender su formación para mejorar su especialización y, en algunos casos, resulta demasiado tarde para reengancharse”. Sobre este punto, María Bueno anotó que “en primer cur-so ya recibió alguna oferta, pero que decidió proseguir con sus estudios hasta tener la titulación”. Y agradece haber tomado esa postura porque “ahora puede optar a una mayor oferta de puestos de trabajo”. Asimismo, Monterrubio indicó que, general-mente esta circunstancia se da en ramas más tecnológicas que en las sanitarias o administrativas, donde hay una mayor demanda de estos perfiles”.

A este problema hay que añadir que “no estamos dando respuesta a las necesidades del mercado laboral actual y eso que nuestros grados superiores tienen un alto nivel de cualificación en comparativa con otros países europeos”, señaló Monterrubio. Y “prueba de ello es -según Luis Orús- que cuando nuestro alumnado sale al exterior con programas de movilidad, las empresas quieren quedarse con nuestros chavales. Nuestros Grados Superiores vienen a equivaler a los Grado Medio de países de la Unión Europea”.

Otro de los retos a los que se enfrenta la Formación Profesional es la brecha de género. En términos globales en Navarra, la distribución por sexo del alumnado matriculado en los ciclos formativos mantiene unos porcentajes constantes, en los que el porcentaje de mujeres se encuen-tra entre el 37% y el 39%, y el porcentaje de hombres se sitúa entre el 61% y el 63%. En los ciclos de Formación Profesional Básica existe un claro predominio de los varones, en torno a un 75%. Sin embargo, en los ciclos de Grado Superior la diferencia se va acortando, en torno a un 42% y un 45% de féminas y un 55% y 58% de hombres.

Analizando la distribución por sexo en cada familia profesional se presentan fuertes contrastes. Las familias profesionales en las que las mujeres representan un porcentaje muy elevado de su matrícula son Imagen Personal, Sanidad y Servicios Socioculturales y a la Comunidad. Mientras que los hombres se matriculan más en Actividades Físicas y Deportivas, Agraria, Artes Gráficas, Artes y Artesanías, Edificación y Obra Civil, Electricidad y Electrónica, Energía y Agua, Fabricación Mecánica, Imagen y Sonido, Industrias Alimentarias, Industrias Extractivas, Informática y Comunicaciones, Instalación y Mantenimiento, Madera, Mueble y Corcho, Transporte y Mantenimiento de Vehículos y Enseñanzas Deportivas. Según este contex-to, “es aquí donde se establece una brecha salarial porque los perfiles técnicos y tecnológicos son los más demandados y con una alta remuneración sala-rial”, puntualizaron los participantes.

Sin embargo, María Bueno es una excepción al cursar el Gra-do Superior de Mecatrónica Industrial y que debe servir como ejemplo de que “no existen unos ciclos más masculinos y otros más femeninos”, resaltó. “En ningún momento he tenido impedimentos por ser mujer y tampoco se me han facilitado las cosas por serlo. El trabajo ha sido igual para todos y lo que vale es el interés, la motivación y la constancia, al igual que el resto de titulaciones”. Y, por su parte, man-dó un mensaje a aquellas chicas que desean matricularse en ciclos como el suyo para que “pierdan el miedo y hagan lo que les gusta, independientemente de los prejuicios de la sociedad”.

Adaptación al cambio

Adaptación al cambio Nuevas formas de enseñanza

Sobre la mesa se habló, también, del tema que más está hoy en día en boca de todos: el covid-19. Una circunstancia que ha hecho modificar la for-ma de enseñar de los centros educativos, incluidos los de FP, adaptándose en tiempo récord a la teleformación. “Y es que tenemos que reinventarnos para formar al profesorado en teletrabajo, determinar qué herramientas debemos ofrecer al alumnado, de qué manera, cómo... para adaptarnos a esta situación que va a ser discontinua y que parece que se va a alargar en el tiempo. Además, sobre todo, vamos a tener que cambiar la mentalidad porque la FP, al estar muy ligada a la practicidad de los contenidos, tiene que buscar nuevas fórmulas de aprendizaje y de ordenar los currículos”, reseñó Monterrubio. En este momento, “el profesorado está conectado con sus estudiantes las 24 horas del día, implicados con la formación a distancia”, aportó Luis Orús.

Al hilo de este aspecto, Alberto Amescoa anotó que “esta nueva forma de teletra-bajo o teleformación debe hacerse de manera pautada y ordenada porque la conectividad continua puede crear estrés o ansiedad”. Un aspecto que también comparte María Bueno, que a pesar de considerarse nativa digital, “cree que hay que establecer algunos límites entre la vida personal y profesional, para que las personas podamos rendir mejor en los puestos de trabajo”.

No obstante, desde ya hace varios años Navarra introdu-jo en su oferta formativa de FP ciclos on line, dirigidos a personas que desean ampliar su formación, que tienen que compaginar la vida laboral y/o familiar, y que poseen unos conocimientos básicos del uso del ordenador y de internet. Un hecho que puede demostrar la capacidad de adaptación que tiene la Formación Profesional a la distancia. “Puede resultar con-tradictorio, dado que la FP siempre ha defendido la practicidad de la clases, sobre todo, porque Navarra se mueve en un entorno industrial. Este tipo de enseñanza es más factible en otros ciclos de carácter más administrativo o comercial, sin embargo, los tiempos han ido cambiando y existen numerosos programas de simulación, digitalización, herramientas, etc. que hacen posible cursar la FP desde casa. Además, hay un sector de la población que por diversas circunstancias (laborales, familiares...) no pueden formarse presencial-mente. En la actualidad tenemos 1.200 estudiantes (10%), una cifra importante”, matizó Monterrubio.

Para finalizar el Encuentro DNN que se celebró en Cenifer, los cuatro participantes quisieron hacer un pequeño apunte de los diferentes retos a los que se tiene que someter la Formación profesional en el futuro.

Por un lado, Alberto Amescoa destacó “la necesidad de apoyar al profesorado en sus labores docentes para que no pierdan su vocación, porque son una pieza fundamental en la enseñanza y su implicación es la que hace posible que los jóvenes navarros finalicen los grados con una cualificación alta”. Al respecto, María Bueno también quiso resaltar “el papel del profesorado y agradecer su experiencia y dedicación”, además de pedir que “nunca pierdan la implicación con el alumnado”.

Por otra parte, Luis Orús recordó que “el covid-19 nos a dado un toque de atención a la sociedad para aprender a adaptarnos a los cambios y estar preparados ante cualquier acontecimiento que pueda surgir”. De hecho, Orús comentó que desde hace mucho tiempo se viene hablando de cambio climático y que “ya es hora de escuchar y de actuar desde un punto de vista como personas y desde el ámbito de la formación. Algo que ya venimos haciendo desde hace tiempo en Cenifer con la formación en Energías Renovables y otros cursos en materia medioambiental”.

Por último, Esther Monte-rrubio concluyó definiendo los retos que ella considera los más relevantes por parte de la Administración en Navarra. En primer lugar, cree que “la FP debe ser más inclusiva para que todo el alumnado sea aceptado, independientemente de sus realidades sociales y culturales”. En segundo lugar propuso que “ la oferta de Formación Profesional sea atractiva y variada para que tenga cabida un público minoritario”. También señaló, en tercer lugar, “la flexibilidad como parte imprescin-dible en la individualización de la enseñanza a cada alumno y alumna”. Asimismo, indicó como cuarto punto la “importancia de la inserción, no solo en referencia a la parte laboral, sino en el esfuerzo para que los estudiantes fina-licen sus estudios de grado”. Por último, Monterrubio destacó “la labor que debe hacer la FP para adaptarse a los continuos cambios, no solo técnicos, medioambientales, etc.”, sino también a las nuevas exigencias de los jóvenes y la sociedad, así como “el importante papel que debe cumplir en la lucha contra la brecha de género para evitar la polarización en la demanda e inscripción en Formación Profesional”.