Ginebra - La chilena Michelle Bachelet ocupa desde ayer la Oficina de Derechos Humanos de la ONU como alta comisionada, lo que produjo altas expectativas por su pasado como jefa del Estado chileno de 2006 a 2010 y de 2014 a 2018, así como por haber sido víctima directa de la represión, dado que, junto a su familia, sufrió persecución y tortura en tiempos del dictador Augusto Pinochet.

“Sé que los defensores de los derechos humanos están esperando mi apoyo y haré mi mayor esfuerzo para estar allí cuando lo necesiten”, aseguró ayer, “para avanzar en el respeto de los derechos humanos en todas partes del mundo”.

El primer tema sobre el que se posicionó fue sobre la condena a siete años de prisión que recibieron en Birmania dos periodistas de la agencia Reuters, acusados de violar secretos de Estado en su investigación de una masacre de miembros de la minoría musulmana rohinyá, respecto a lo que señaló que la información era de “interés público”, por lo que pidió a las autoridades birmanas que los liberen.

La llegada de Bachelet a su nuevo cargo coincide con una fecha clave en el calendario internacional, ya que el 10 de diciembre se celebrará el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo que coincide con la indiferencia de varios Estados frente a los principios básicos de los derechos humanos, con críticas a la ONU encabezadas por EEUU, dado que Trump amenazó recientemente con recortar sus contribuciones para las entidades de derechos humanos de la ONU. - Efe