Caracas - El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró ayer su segundo periodo de gobierno, que lo mantendrá en el poder hasta 2025 en medio de acusaciones de ilegitimidad por la forma en que el líder chavista consiguió la reelección. El mandatario tomó juramento ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Caracas, acompañado por otros seis jefes de Estado. Estos fueron los únicos en asistir a este acto señalado por opositores y buena parte de la comunidad internacional como el inicio de la “usurpación” de la Presidencia de Venezuela, lo que se tradujo en manifestaciones en países como España, EEUU, Chile, Perú, Brasil o Argentina contra el presidente.

“Juro que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución”, así como “defender la independencia e integridad absoluta de la patria, procurar llevar a la prosperidad social y económica” al pueblo venezolano y “construir el socialismo del siglo XXI”, afirmó Maduro. No obstante, la toma de posesión se llevó a cabo en el TSJ y no en el Parlamento, después de que el Supremo declarase a la Cámara en “desacato” en 2016, semanas después de que la oposición se hiciera con la mayoría de los escaños. Por esto, la legitimidad de este segundo mandato ha sido cuestionada por la oposición venezolana y gobiernos extranjeros, que no reconocen los resultados de las elecciones de mayo, cuando el jefe de Estado fue reelegido con el 70% de los votos.

En esta contienda no pudieron participar los principales dirigentes del antichavismo tras haber sido inhabilitados políticamente. Ante este panorama, el viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, calificó de “insensatez jurídica” y “un golpe de Estado” la resolución aprobada ayer en Washington por los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que no reconoce la legitimidad del segundo mandato de Nicolás Maduro. “Esta resolución es una insensatez jurídica, un abuso de poder, un crimen de agresión y un golpe de Estado, todo con el propósito de promover el caos y una intervención militar extranjera que destruiría no sólo la paz en Venezuela sino en toda la región”, subrayó Moncada, representante alterno de su país ante la OEA.

Tensión con la UE Asimismo, el propio presidente Nicolás Maduro exigió ayer a la Unión Europea que cese las “agresiones” contra su Gobierno. “Párate ahí, Europa, basta de agresiones, respeta a Venezuela o la historia te cobrará esta deuda”, afirmó Maduro. Además de esta advertencia, aseguró que tiene apoyos desde el otro lado del charco. Concretamente, expuso que cuenta con la simpatía de los chalecos amarillos, que desde noviembre protestan en Francia contra algunas políticas. “Nos ven con buenos ojos, me mandaron un chaleco amarillo de regalo, quizá lo estrene mañana”, comentó Maduro durante su discurso. Además, entre los aplausos de sus simpatizantes, el líder chavista bromeó con la posibilidad de fundar “una seccional de los chalecos amarillos de Venezuela”.

Por su parte, la ONU aseguró que va a seguir trabajando con el Gobierno de Venezuela durante el segundo mandato de Nicolás Maduro, y recalcó que no es su tarea reconocer o no reconocer a jefes de Estado. “Hemos visto las decisiones tomadas por un número de países, porque nosotros no nos dedicamos a reconocer a jefes de Estado o a no reconocer a jefes de Estado”, señaló el portavoz Stéphane Dujarric. - Efe